Todas estas películas que se basan en hechos reales, y por tanto pierden la capacidad de sorpresa, deben lograr captar la atención mediante buenos interpretaciones. Y eso es lo que aquí tenemos. Tom Hanks se marca el enésimo papelón. Uno de los pocos actores que están sabiendo elegir bien teniendo en cuenta su edad. El resto de secundarios está a la altura, pese a tratarse de actores sin renombre, o quizá por eso, encajan perfectamente en el papel de piratas somalíes.
Me ha gustado el tratamiento que han dado a la piratería de la zona, sin medias tintas, no hay ninguna concesión, ni ninguna imagen edulcorada de los piratas. Se puede sentir sensibilidad por la gente que vive en zonas tan confictivas, pero no por quienes usan la violencia como medio de vida. Además, que hablen en su idioma ayuda al realismo de la historia.
Los que dicen que la película es racista, que se lo hagan mirar. Los piratas eran los que retenían contra su voluntad a otras personas.
La angustia y la tensión que vive el protagonista, junto a la desesperación y la anarquía que van ganando a los piratas a medida que ven esfumarse el rescate, todo muy bien logrado.

Quizá lo que menos me gusta, es su duración y algunos altibajos en la narración, me gusta más la parte dramática donde los piratas toman el barco, como interactúan con los tripulantes y como maneja el capitán Philips la situación, que la parte final de acción, cuando interviene el ejército y todo el desarrollo es más ruidoso y confuso. Aun así buena película.