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Voto de EuTheRocker:
10
Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
18 de enero de 2013
43 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, y para no llevar a engaños a nadie, me reconozco amante incondicional de Quentin Tarantino. Por tanto, soy de esa amplia mayoría que aplaude cada nuevo estreno del "enfant terrible" de Hollywood como maná caído del cielo.

Una vez avisados de esto, y para resultar lo más objetivo posible, diré que "Django Unchained" es una película que admite varias valoraciones: para aquellos que como yo, nos dejamos empapar por la cinefilia de este genio y su magia, sin duda estamos ante una obra maestra, un 9 o 10 absoluto; aquellos que no sucumban a los encantos del director de "Pulp Fiction", podrán gozar de una película digna de un 7 u 8; los detractores de Tarantino, podrán ponerle a caer de un burro, pero aún así, es de justicia rendir pleitesía a un trabajo que no puede bajar de un 6, por mucho que se le busquen los puntos débiles.

Porque "Django Unchained" (la D es muda), es en primer lugar, la reinvención definitiva de un género cinematográfico, el spaguetti-western, al que Quentin Tarantino llevaba guiñando innumerables ojos durante toda su filmografía. Como el gran amante del séptimo arte que es, desnuda la esencia de un género que hizo grande el gigante Sergio Leone, y lo empapa de su propia materia prima. Narrador icónico donde los haya, cada segundo de metraje se justifica por sí mismo y se añade a la memoria de una cultura pop que desde "Reservoir Dogs", se ha visto enriquecida por su arte y sus innumerables secuencias míticas. Diálogos ágiles y ácidos, cargados de ironía que vuelven la vista atrás a una de las etapas más oscuras de la historia norteamericana, y de la que aún pretenden renegar. La mirada y el toque tarantiniano ahondan en las raices de un racismo sudoroso y sangriento que tras pasar por el filtro de su cámara, se torna en un espectáculo que desarma cualquier intento de justificación xenófoba. Su uso de la violencia muestra dos caras en esta nueva obra: por un lado, la tradicional trivialización de la violencia que tan característica es en el guionista y director, una visión alocada y salvaje de la locura sangrienta; por otro lado, Tarantino esta vez sorprende, destapando un nuevo enfoque a su transgresor morbo, buscando la repugnancia y el rechazo del espectador. Por primera vez en su carrera, se atreve a despojar de sarcasmo y acidez algunos de los arranques violentos del film, buscando la reacción tensa y frustrada de un público que asiste boquiabierto al espectáculo de la irracionalidad.

Espectáculo... eso es lo que al final termina siendo "Djando Unchained". CINE en el sentido más extenso de la palabra. Un ejercicio de disfrute y placer para aquel que se deja embaucar por el poderío visual y lingüístico de un maestro. Un deleite que mantiene pegado a la butaca, deseando que el metraje se extienda eternamente por los campos de algodón que recorren los cazarrecompensas protagonistas. Ahí reside la otra grandeza del film. No solo del trabajo del director vive Django. El reparto es magnífico e impecable, resaltando dos actuaciones maestras. Waltz y DiCaprio, o Schultz y Calvin, son personajes míticos llamados a ser leyendas que perduren en el recuerdo colectivo.

Aderezado todo ello con una banda sonora que aporta su ración de incongruencia (¿Hip-Hop en el lejano oeste? Por qué no), y su toque de genialidad de la mano de Ennio Morricone. Señoras y señores, el señor Tarantino lo ha vuelto a hacer: conseguir que salga del cine con una sonrisa de oreja a oreja por haber empleado 260 minutos de mi vida, en el ejercicio del disfrute y de la magia del cine.
EuTheRocker
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