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Dulce Amot (Amai Koibito)

Abro mis ojos en la mañana, y tú estás ahí
Haciendo una tarta de queso.
Mi caramelito, sí eso es lo que eres
Mi dulce, mi dulce amor
Vamos, vistámonos y vayamos por la ciudad.
Llevando esta tarta de queso, te pones tan contenta.
Mezclémonos entre la multitud y vayamos a esa tienda.
Después de todo, prometimos comprarnos hoy anillos a juego.
Mi dulce, dulce, dulce, tan dulce amor.
Mi dulce, dulce, dulce, tan dulce amor.
Esta noche iremos juntos a la cama, aunque quizás vamos muy rápido.
Caramelito, eres mía.
Soy tu dulce, dulce amor.

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Asesino (Satsugai)

Yo soy un terrorista del Infierno
Ayer Viole a mi madre
Mañana Matare a mi padre
Yo soy un terrorista que vino del Infierno

No tengo una mamá o papá
¡Y es porque los mate!
No tengo ni amigos ni amantes
¡Es porque ya los mate!

¡Mátalos! ¡Mátalos! ¡A Tus parientes Mátalos!
Mátalos, Mátalos, Mátalos ¡¡¡A Todos!!!
El asesinato es un asesinato
El asesinato es un asesinato
¡MATA! ¡MATA! ¡MATA! ¡MATA! (KILL!!...)
Tiñe tus recuerdos con la sangre
El asesinato es un asesinato
El asesinato es un asesinato
¡MATA! ¡MATA! ¡MATA! ¡MATA! (KILL!!...)
Vuelve a teñir tus recuerdos con sangre.

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¿Pueden convivir en la misma cabeza el pop y el death metal? Destino Tokio con un sueño, un sueño pop. Pero todo sueño tiene señuelo. Después de graduarse Soichi Negishi entra en un grupo completamente diferente a sus expectativas… ¡pero triunfa! La presidenta de su discográfica y con su chocho (normalmente empapado) como mejor radar y jurado le confirma lo geniales que son y enseguida hacen desistir al protagonista y sumergirle en su verdadero talento. Bipolaridad al poder. Realmente Kiminori Wakasugi ha hecho un manga de superhéroes aunque aquí todo aparentemente es repetitivo en generar los conflictos divisorios al protagonista. Pero todo funciona. “Detroit Metal City” no es una parodia de “Hannah Montana” pero sus protagonistas cabalgan entre dos mundos: Souichi Negishi es realmente todo lo contario que marque su álter ego, Johannes Krauser II, cuya banda Detroit Metal City ha traído el metal a la vida de Tokio. Con una premisa tan variopinta e ineficazmente tópica llega el descontrol: timidez, guitarra acústica y pop! por maquillaje y polémica en cada concierto y en cada memorable y diabólica actuación.

Las leyendas se construyen dentro de mentiras y percepciones de terceros. Algo que “Detroit Metal City” demuestra al ser el ejercicio destroyer de animación más divertido visto en los últimos años. La antítesis de no poder parar y tener que elegir entre el pop catódico (preferiblemente sueco) o lo que a veces uno no imagina para lo que ha nacido. La serie que protagonizan Johannes Krauser II y Souichi Negishi nació para hacernos reír y disfrutar a golpe de una mezcla de pop dulce y metal pervertido que funciona a la perfección.