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Sudán Sudán · Me la
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Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
23 de enero de 2013
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tom Doniphon (John Wayne, para los no iniciados) en "El hombre que mató a Liberty Valance" (el mejor western de la Historia del Cine para un servidor) aparece quemando su casa, borracho, por un amor perdido. Entrega a Hallie (Vera Miles), la mujer de la que está enamorado, a un hombre que representa su antítesis, Ransom Stoddard (James Stewart). Lo hace porque tiene otros valores superiores mucho más importantes. Tiene honor, dignidad, lealtad. Lo hace porque se sacrifica por los suyos y por el bien de su comunidad. Lo hace porque eso es el Oeste.

Tarantino presenta aquí su esperado acercamiento al western, del que es un confeso, fanático y entusiasmado admirador. Se podría esperar algo grande. Volver a situar las viejas historias del oeste en el lugar que le corresponden.

Sin embargo, la decepción es mayúscula en lo que resulta ser un fracasado intento de crear un western de referencia, que tiene muy poco del Oeste y se asemeja más a un melodrama de época, romanticón, sensiblero, típico del cine británico y del mediocre James Ivory, que a un Spaghetti Western de su admirado Sergio Leone. Crea un personaje principal, un antihéroe, sin honor, ni dignidad, ni ambición, que sacrifica a los suyos (la escena de los perros es denigrante) por un chochito. Traiciona todos los códigos de este sagrado género. ¿Dónde quedaron esos valores superiores? ¿Dónde están esos largos silencios y esas miradas desafiantes?. No me imagino a El Rubio (Clint Eastwood) en "El bueno, el feo y el malo" renunciando a su sucia y puerca ambición por el dinero por ninguna mujer del mundo, ni a John Wayne dejando morir a ninguno de los suyos por una rajita.

Quizá es poner el listón demasiado alto al compararla con semejantes clásicos. Pero es que incluso "Django desencadenado" sale perdiendo en relación a su predecesora "Django" de Sergio Corbucci, 1966, de la que sólo conserva el título, la música inicial y la aparición de Franco Nero. En la de Tarantino, la trama es ridícula. ¿Quién se puede tragar el plan para recuperar a la negra?. Hubiera sido preferible respetar la historia de la original, la guerra entre gringos y mexicanos, y Django andando suelto entre ambos bandos, contada desde un punto de vista tarantiniano.

No negaré aquí que la película sea entretenida, pero para los fans de Tarantino y del Western clásico, es insuficiente. La gran interpretación de Christoph Waltz, la sangre y el acento paleto de los negros no nos bastan. Decepción.
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