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Uruguay Uruguay · Montevideo
Voto de leobox:
9
Drama Bobby Griffith (Ryan Kelley), un adolescente gay, se suicida debido a la intolerancia religiosa de su madre (Sigourney Weaver), una fanática cristiana. Después de la tragedia, la madre se replantea su escala de valores y su posición ante la homosexualidad. Basada en el libro homónimo de Leroy Aarons, que se basó a su vez en un suceso real ocurrido en los años setenta. (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2010
37 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Plegarias por la humanidad
Estamos ante una película basada en hechos reales, en lo sucedido a un joven llamado Bobby Griffith y a su familia, en los años ochenta en USA. El filme solo dejará frío a alguien que sea de piedra. Cualquier ser humano mínimamente sensible no podrá distanciarse de la intensidad y profundidad del drama que nos presenta.
Tiene un equilibrio notable, incluso cuando se vuelve altamente emotiva. Tal vez no alcanza a desarrollar con suficiente solidez el proceso que lleva al joven protagonista al límite donde llega. Pero eso no impide que entendamos, al menos en lo esencial, el porqué del clímax trágico de la película.
La madre del joven Bobby, interpretada por la notable Sigourney Weaver, es una buena señora de creencias evangélicas fundamentalistas que no puede asimilar la verdad de que su hijo es homosexual. A partir de ahí, el drama va creciendo, hasta llegar a la tragedia. Y la tragedia dará paso al descubrimiento, a la transformación y a la solidaridad.
Si el espectador tiene convicciones religiosas, la película será doblemente removedora. Si no, al menos llevará a quien la vea a una frontera que nuestro tiempo está exigiendo que se cruce sin más demoras. El umbral de la aceptación sin condiciones de las personas tal como son y no tal como quisiéramos que fuesen. Más aún cuando, siendo como son pueden llegar a ser felices sin hacerles mal a nadie.
Si uno de los objetivos del filme era remover conciencias, hacer pensar, dejar huella, lo consigue con creces. Y nos hace anhelar el día en que la aceptación, la comprensión, el amor en el sentido más pleno la palabra, hagan posible que historias como estas no tengan que suceder. Nos hace desear, y cuánto, un mundo más verdaderamente humano, donde nadie sea excluido y humillado por la sencilla e inexorable razón de ser lo que es.
leobox
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