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España España · Oviedo
Voto de Gould:
5
Drama. Romance. Bélico Revolución Francesa (1789-1799). Adaptación de la novela histórica del mismo título del escritor inglés Charles Dickens (1812-1870). El abogado inglés Sydney Carton, que lleva una vida insustancial e infeliz, se queda prendado de los encantos de la joven Lucie Manette, pero ella se casa con Charles Darnay. Cuando, en plena revolución, Darnay va a París para liberar a un criado suyo injustamente encarcelado, también él es conducido a ... [+]
13 de septiembre de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo amante del cine conoce la clásica adaptación de la novela de Charles Dickens “Historia de dos ciudades” realizada por David O. Selznick en 1935, con Ronald Colman, bajo la dirección de Jack Conway y, seguramente, la admira por numerosas razones entre las que se incluye una fascinante ambientación llena de sabor y un ritmo narrativo subyugante.

Aquí nos encontramos con otra cosa. Es cierto que el personaje del alcohólico Sidney Carton le va como anillo al dedo a Dirk Bogarde, con su mezcla de sacrificio romántico, cansado nihilismo y ebria cortesía –“mi nombre, mis defectos, mis miserias, todas guardadas en su corazón”. Lamentablemente la labor del actor británico se convierte prácticamente en la única baza ganadora de esta mediocre película, a pesar de contar con algún otro elemento reseñable como el aterrador papel de Cristopher Lee como malvado Evremond, a la altura del fantástico Basil Rathbone de la primera o la buena ambientación, sin tirar tampoco cohetes, de las calles de Paris.

Sin embargo, no se consigue, en ningún momento, transmitirnos el fascinante espíritu de la novela que la vieja producción de Selznick sí conseguía e, igualmente, a diferencia del clásico de Conway, esta película coloca en dos de los papeles clave a actores poco recomendables: el muy deficiente Paul Guers como Charles Darnay y la incolora Dorothy Tutin como Manette.

Realizada en los estudios Pinewood, resulta algo premiosa y de ritmo sincopado, con un aire impostado, algo hueco y superficial, que despide poca convicción, de modo que la película parece navegar entre una cierta desgana y un desinterés creciente, que nos hace añorar con más fuerza la versión de 1935 y, desde luego, volver a leer la maravillosa novela de Dickens.
Gould
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