Haz click aquí para copiar la URL
España España · Oviedo
Voto de babayu:
9
Drama Un chico checheno de 18 años es acusado de asesinar a su padrastro, un oficial del ejército ruso. Su destino está en manos de los los doce miembros del jurado. La decisión debe ser unánime, pero cuando es una vida lo que está en juego, siempre es posible plantear una duda razonable que implique la revisión por parte de cada uno de los miembros del jurado de su inicial punto de vista. Versión libre del famoso filme de Lumet "12 hombres sin piedad". (FILMAFFINITY) [+]
10 de julio de 2008
29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy muy contento: me asomé a esta película un tanto preocupado al tratarse de una revisión de la obra de Reginald Rose que tan brillantemente había adaptado al cine Sidney Lumet hace medio siglo, pero a la vez atraído por la excelente trabajo de Mikhalkov tras la cámara durante tres décadas; pero, dos horas y media después, puedo decir que he visto una gran película, que completa, por así decirlo, el esbozo dibujado por Lumet. Mientras que en la peli americana, una hora más corta, se nos presentaba el personaje central, el de Henry Fonda, como una especie de superhéroe que, a través de la lógica, se esmera en convencer a los restantes once miembros del jurado partiendo de la existencia de una duda razonable, minimizando casi hasta la caricatura a esos once personajes, y obviando el papel del acusado, que se convierte en poco menos que un títere sometido a designios casi divinos, en esta versión rusa se profundiza mucho más en la psique de cada personaje, al mismo tiempo que el alter ego de Fonda va perdiendo protagonismo, desdibujando y dándole a cada uno a su vez la oportunidad de contar su historia, de ser conocido por los espectadores. A ello ayuda que todos tienen su propio espacio de expresión, su tratamiento personalizado, incluso, avanzando un paso más, casi nos deja de interesar el caso del chico checheno acusado, porque deseamos conocer a cada una de las personas que tienen el poder absoluto de condenarle de por vida. Esto también da pie a Mikhalkov y sus coguionistas a ofrecer un sutil retrato de la Rusia postsoviética, lo que es un aliciente más para disfrutar de la peli. Además, es de apreciar que el chico tenga protagonismo, que conozcamos su historia a través de flashbacks, lo que se nos había escamoteado tanto en el teatro como en la versión de Lumet. Incluso va más allá aún, buscando culpables, reflexionando sobre qué pasará con el muchacho, en definitiva, cerrando la historia y devolviendo la humanidad a los personajes.
Ah, y todos los actores, incluyendo al propio Mikhalkov, están espléndidos.
babayu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow