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España España · Pamplona
Voto de Edgar:
3
Comedia Ahora ya casado con Suzanne (Nia Long), Nick Persons (Ice Cube) se ha comprado una casa ubicada en los tranquilos suburbios para escapar de la locura de la gran ciudad y proveer de más espacio a su nueva esposa e hijos. Pero su nueva casa se transforma rápidamente en una carga económica debido a los costosos arreglos que necesita y queda a merced de un excéntrico contratista. Pronto el sueño suburbano de Nick se convierte en pesadilla. (FILMAFFINITY) [+]
21 de marzo de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de comedia Steve Carr (Papá canguro, Dr. Dolittle 2) decidió castigarnos en 2007 con esta versión cutre y sin imaginación de aquella comedia que protagonizó en su día Tom Hanks titulada "Esta casa es una ruina". Desconozco si es remake oficial o no, pero está basada claramente en la mencionada película de Richard Benjamin.

¿Qué podemos esperar de "Una casa patas arriba"? Más bien poco. Por un lado Ice Cube es un actor desastroso. Cuando hacía de joven rebelde enfadado con el mundo (como en "Semillas de rencor") tenía un pase dado su invariable ceño fruncido. Pero como actor de comedia es un auténtico desastre, incapaz de transmitir otro sentimiento que no sea el de "cabreo monumental".

El guión está escrito por Hank Nelken, autor del libreto de "Tres idiotas y una bruja"; ¿hace falta decir algo más? Creo que no, pero por si acaso, apostillaré: falta de ingenio, chistes sin gracia, histrionismo desmedido como sustituto de gags inteligentes...

El único intérprete que tiene cierta gracia y que, además, parece esforzarse con su cometido, es John C. McGinley (seguro que todos lo reconocéis por la serie "Scrubs"). Lo que pasa es que llega un momento en que su personaje comienza a hartar, no por la mala praxis del actor, sino por un guión que exagera su puesta en escena hasta el colmo de la exasperación.

¿Habrá algo salvable en toda la producción? Sí: la presencia del mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, el incomparable, genuino y estelar Magic Johnson. Pero, por muy fan que uno sea del exbaloncestista angelino (y a fé que yo lo soy) no es suficiente para salvar esta patética peliculita.

Es mejor rescatar de algún video-club la original de Tom Hanks, ya que sin ser la mejor comedia de la historia (ni mucho menos) sí posee la capacidad de hacer reír al espectador.
Edgar
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