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Voto de Jark Prongo:
10
Drama Christine (Vicky Murdock) es una chica de cara pálida que camina ligera de ropa, pasando por las manos de un hombre adinerado a otro en los suburbios por los que transita. La droga, la pobreza y la triste realidad de los barrios marginados se refleja en cada paso que Christine da a través de calles inhóspitas y decadentes. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie ha arriesgado lo que Alan Clarke. Nadie. Fue un señor que hizo para la tv británica una serie de películas sobre temas controvertidos y personajes al margen que hay que verse del tirón la caja que editó el British Film Institute sobre él (Dissent And Disruption, The Complete Alan Clarke) para pasar a considerarle el mejor director
británico de la historia. Y encima sin ínfulas de estrella ni pisar a los guionistas ni mierdas de esas: Alan se limitaba a hacer su tarea de la forma que creía era la correcta y ya, a por otra película. Grandes logros suyos fueron To Encourage The Others (sobre la condena a muerte de Derek Bentley, caso famoso en el sistema judicial UK pero que Clarke sacó a colación dos décadas después de darse al ver que caía en el olvido el asunto y con ello las reformas que debían haberse dado), Diane (sobre una chica preñada por su padre), Baal (una rupturista -en lo formal- adaptación de la obra de Brecht con David Bowie haciendo de moderno Marqués de Sade), Penda´s Fen (un locurón que Dennis Potter alabó sin reservas el cual mezcla ángeles, demonios y paganismo con las dudas de un adolescente sobre política y su propia orientación sexual) y la famosa por su prohibición y veto de la BBC Scum, que luego haría también en versión cine. Hasta cuando le salía regular la cosa terminaba molando, pues al musical de snooker y vampiros Billy The Kid And The Green Daize Vampire y a la imposible mezcla entre peli a lo Bicivoladores y drama social anti Tatcher Stars Of The Roller State Disco a arriesgadas es imposible superarlas. En sus memorias póstumas gentes tales que Tim Roth, Gary Oldman y Stephen Frears cuentan que
a puntito estuvo en Estados Unidos de hacer una película escrita para él por Hubert Selby Jr., además de una anécdota maravillosa que en realidad son dos: Alan Clarke tiene el honor de haber sido vetado de por vida tanto de la cafetería de la BBC como de los ascensores del ente. Lo primero por saludar a base de placajes a los directivos aun sin conocerles de nada, y lo segundo por pasarse un día entero haciendo botellón en uno de los ascensores hasta que se terminó montando en él el director general. Hay que quererle.

No obstante es cuando descubre al operador de steadicam John Ward -mientras visita a su amigo Stephen Frears en un rodaje- cuando Alan Clarke aportará una herramienta fundamental al cine naturalista, cuando dejará al resto de cineastas uno de los más grandes y a la vez más sencillos hallazgos narrativos que se hayan conocido jamás. Alan cae en que esa libertad de cámara permite una nueva forma de contextualización de personajes en su entorno, empieza a concebir desde Made In Britain una serie de secuencias que se limitan a seguir trasera y lateralmente a los personajes. Algo hipnótico de ver y que permite arrojar mucha información sin necesidad de verbalizarla ni de usar otras técnicas ni de recurrir al montaje, que ya se sabe que conlleva un sesgo siempre. Ya en The Firm y Road pule la técnica incorporando soliloquios de los personajes dirigiéndose a cámara y largas tomas corales. Todas estas películas de nuevo protagonizadas por skin heads iracundos, part time hooligans y desarrapados alcohólicos a los que nunca, bajo ningún concepto, entrará a juzgar. Con Elephant y Christine alcanzará un ascetismo minimalista que sin tener nada que ver en la forma –en la vida usará un plano detalle Clarke y jamás haría un Plano Labordeta (si se permite traducir así el término original aplicado a la creación de Clarke, Walking Shot) Bresson de haber conocido la steadicam en vida- pero sí en la reducción a sus mínimos elementos el drama, el obviar todo artificio y toda fullasca accesoria e irrelevante. Elephant Harmony Korine se la recomendó a Gus Van Sant vendiéndosela como su película favorita y a Gus le quedó luego de verla la mejor película de instituto de la historia, su homónima a la de Clarke; también fue una peli que Bertrand Bonello alquiló un cine para que la viesen todos los actores de Nocturama para explicarles qué esperaba fuese la primera mitad de su peliculón. Y eso por no hablar de las tomas soplanucas de Clarke, que desde Cuerpo En El Bosque a Tarde Para La Ira es incontable el número de films que las implementan. Sin ellas los hermanos Dardenne no sabrían ni qué hacer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
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