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Voto de Jark Prongo:
7
Thriller. Drama Mildred Hayes (Frances McDormand), una mujer de 50 años cuya hija adolescente ha sido violada y asesinada, decide iniciar por su cuenta una guerra contra la Policía de su pueblo, Ebbing, al considerar que no hacen lo suficiente para resolver el caso y que se haga justicia. Su primer paso será contratar unas vallas publicitarias denunciando la situación y señalando al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson), como ... [+]
7 de enero de 2018
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Y me hablan, me piden
que les deje salir de allí
para poder vengarse
del que les hizo morir”

Sala Iberia, Primogénito López

La nueva película de Martin McDonagh es un western disfrazado de rape & revenge en el que una madre coraje (cuya hija ha sido violada y asesinada) pone patas arriba todo un pueblo en lo que ella considera es una búsqueda de justicia habida cuenta que la policía parece ser igual de inoperante que incompetente. En las dos horas que dura va modulando las percepciones que pudiésemos tener de los personajes en base a la información que suministra de ellos, terminando por llevar del extremo más polarizado posible las impresiones iniciales (ella, heroína sin posible discusión; las fuerzas vivas, mierda seca en remojo) a unos baremos más cercanos al gris, a lo real: son gente todos, sin excepción, cuyo sufrimiento les lleva a las cotas más rastreras en comportamiento y prejuicios pero que también sabe encontrar su acción redentora.

El efecto bola de nieve de los tres cartelitos de marras ocasiona en la comarca una serie de consecuencias que raro es el vecino que no se ve inmiscuído en ellas conforme las consecuencias de la acción inicial adquieren una inercia imparable. El suicidio del Sheriff (excelsa interpretación de Woody Harrelson) parte la película en dos de forma inesperada, dando además una nota de suicidio dirigida a Frances McNormand con una retranca que ni que fuese de Toldaos o A Coruña Woody. Y a partir de ahí un sinfreno de tragedias y explosiones y agresiones que sólo se frenarán conforme empiece a aparecer la figura del perdón como mediadora de la paz social entre todos, dejando la película con un final abierto que le queda la mar de majo.
Jark Prongo
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