Años después de demostrar su valía en su "La noche de los muertos vivientes", y habiendo compaginado varios proyectos de por medio con su otra peli sobre el tema ("Dawn of the dead"), Romero decidió dar otro broche a su saga y, en este caso, fue un broche prácticamente dorado, puesto que por lentos que puedan parecer sus minutos iniciales, no hacen más que ofrecer un lugar donde desembocar otra de sus atinadas críticas, en este caso contra la represión totalitarista por parte de los ejes con más posibilidades de triunfar en una minisociedad bajo tierra.

La presentación pues, es bastante buena, cada personaje es tomado con calma y introducido en disposición con sumo cuidado, las situaciones se suceden sin prisa pero sin pausa, mostrando todo aquello que podría servir como posible información al espectador, comprendiendo así todo lo que se da en "El día de los muertos" y posee puntos de interés sobre los que sustentarse bastante buenos, como la aparición del zombie Bub o el intento de los científicos por desmarcarse de las presiones a las que son sometidos.

Tras todo ello, y cuando la acción comienza a aflorar en pantalla, es precisamente cuando esta propuesta se torna una corriente de vísceras, tensión y desmembramientos varios, que es lo que puede reclamar el público en una cinta de estas características, haciendo de su segundo tramo, no sólo un ameno entretenimiento, sino también una atinadísima espiral de violencia y turbación, convirtiendo así esta parte en un magnífico empujón más a la carrera de Romero que, escudado por una brutal lección de como mostrar casquería variopinta con enorme pericia gracias al gran Savini, puso los puntos sobre las ies y demostró como realizar cine con contenido y entrañas de la más variada gama.