Resulta curioso como el título del segundo film de Moodysson, atribuido debido al nombre que recibe la comuna donde conviven los distintos protagonistas de "Juntos", sea tan poco definitorio si tenemos en cuenta lo juntos que llegan a estar los miembros que conviven en ella, pues más allá de las deserciones que se van produciendo a lo largo de la película, cabría destacar una extraña dispersión que induce al sueco a mostrarnos a cada personaje rodeado sencillamente de sus problemas o de aquellos otros personajes con los que comparten un conflicto, olvidando así, de un modo un tanto raro, a los demás componentes.

"Juntos" es, en primera instancia, un drama coral con tintes de comedia que expone y presenta con enorme trazo a todos los que conviven en esa comuna, haciendo de unas interpretaciones bien medidas el principal factor para que podamos identificar, con la mayor facilidad posible, no sólo cada personaje, sino también las inquietudes que les rodean, y en ese sentido funciona a las mil maravillas.
Es, sin embargo, a medida que va avanzando el relato, y se van despachando historias, cuando el espectador se da cuenta de que al film le falta algo: macerar. No sabría decir si es cuestión de haberle otorgado más tiempo, o haber intentado centrarse en menos conflictos, pero desarrollados de forma que todos los protagonistas pudiesen aportar su granito de arena, aunque no formasen parte del mismo, pero lo que sí es seguro (bajo mi punto de vista), es que no llegan a alcanzar las cotas que podrían haber alcanzado.

Eso sí, hay que reconocerle al trabajo de Moodysson que posee momentos envidiablemente frescos, que lo dotan de una espontaneidad y veracidad muy característica, y hacen de "Juntos" otro soplo de aire que, si bien no llega a la brillantez de "Fucking Amal", logran insuflar, como poco, una buena bocanada para que, no sólo el espectador siguiese con mirada indiscreta y una sonrisa en la boca las peripecias de Göran, Erik y demás, sino también para que Moodysson siguiese creciendo y nos pudiese regalar más obras a la altura de un cineasta que ha demostrado que lo vale. Y luego, vendría "Lilya Forever"...