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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
7
Terror. Drama Martin (John Amplas) es un adolescente que cree ser un vampiro. Su primo Cuda (Lincoln Maazel) se convence del hecho, a pesar que Martin no teme al ajo, o a los crucifijos, y que puede salir a la luz del sol. Cuda cree que Martin es víctima de una maldición familiar, y que la única solución es salvar su alma. Más que una película de terror, "Martin" es un drama psicológico con ribetes muy particulares, como la necesidad de Martin de ... [+]
25 de junio de 2008
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Martin" no viene a ser más que un extrañísimo y desconcertante experimento en el que Romero optó por dejar a sus zombies caníbales a un lado para diseminar, más en clave de atípico drama que del desasosegante terror del que hacía gala "La noche de los muertos vivientes", las inquietudes y aptitudes de un muchacho que, supuestamente, resultaría ser descendiente directo de Nosferatu, sin llegar a dejar claro en ningún momento qué es verdaderamente, si sólo una persona que padece un trastorno y siente auténtica devoción por el plasma sanguíneo o si verdaderamente hay algo más, algo que le impulse a alimentarse de sangre haciendo que lo que podría resultar el leve trastorno ya mencionado, desemboque en expresa necesidad y, en consecuencia, en enfermedad.

Lo mejor de un film como "Martin" es la predisposición de Romero por alejarse de la vertiente resultona que se suele dar en este tipo de trabajos, como hubiese sido la típica huida del ente vampiresco refugiándose de todos aquellos que le quieren dar caza, haciendo que afrontemos el transcurso de ese ser observando como sus vicisitudes y enigmas aparecen en pantalla (gracias a conversas radiofónicas que substituyen lo que podría haber sido una innecesaria voz en off) y nos sumergen en el mundo de alguien confuso y desesperado, que no sabe exactamente qué vía tomar, pero no posee dudas en el momento de adoptar una decisión.

Se agradece también que Romero no acate un estilo formal y se atreva dando estructura a una narrativa atípica y singular (en ocasiones consistente en enlazar diversas secuencias sin demasiada relación entre ellas, pero que nos dan retazos sobre el protagonista y pistas para ir siguiendo su periplo), amen de realizar juegos de planos y cámara bastante estrambóticos (incluso diría que algo confusos) o añadir algunos flashbacks excesivamente ingenuos que hacen del resultado final una curiosidad en toda regla que, pese a sus más que marcados defectos, resulta bastante sugestiva y remarca el carácter de un Romero lejano al de su saga sobre el zombie caníbal en una obra que, si bien no destaca por su casquería (aunque tiene logrados e inquietantes -dentro de lo que cabe- momentos), posee las suficientes virtudes como para hacer de este sorprendente film algo sumamente digno y merecedor de tener, como mínimo, una oportunidad por parte de todo aquel espectador que sepa apreciar una rareza.
Grandine
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