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España España · Madrid
Voto de Áralan:
3
Serie de TV. Drama Serie de TV (2017-2023). 5 temporadas. 56 episodios. En un futuro distópico donde se ha implantado una dictadura fundamentalista, una joven se ve forzada a vivir como una concubina para dar hijos a su señor. Tras el asesinato del presidente de los Estados Unidos y la mayoría del Congreso, se instaura en el país un régimen teocrático basado en los más estrictos valores puritanos. Los Estados Unidos de América, desde ese momento, pasan a ... [+]
28 de mayo de 2017
376 de 638 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si vas a contar algo a través de una distopía, más vale que esta tenga una fuerte lógica interna (ahí tenemos la maravillosa The Man in the High Castle como ejemplo). Si no es así, todo lo demás cae como un castillo de naipes.

Pues este es el principal problema con The Handmaid's Tale.

El episodio piloto y el tercero son lentos hasta decir basta (sí, sí. Me encantó El séptimo sello de Bergman, así que haceos una idea de a lo que me refiero con "lento") y con una falta de lógica interna de la distopía que clama al cielo. No se explica (ni les interersa hacerlo), cómo de una amenaza terrorista, se supone que islámica, y de un nivel de fertilidad casi 0, donde se culpa a los tóxicos y a la contaminación, se pasa a abolir los derechos de la mujeres (no les permiten trabajar, tener cuantas bancarias...) y a crear este estado (totalmente absurdo) que, para remate, tiene métodos de subyugación y ejecución muy del estilo fundamentalista islámico (ahorcamientos en grúas y ablaciones, sin ir más lejos). Si es que, conociendo a los estadounidenses, uno se pregunta todo el rato dónde han ido a parar los millones de armas que tienen en los hogares y por qué no se han liado a tiros en las calles al empezar la represión (muy mal contada en el capítulo tres, por cierto).

Pero a lo que iba. ¿Se puede saber qué tiene que ver el culo con las témporas, guionistas y escritora del libro? Vamos, que me dicen que esta sociedad de El cuento de la criada ha llegado por la desaparición de los casquetes polares y el nacimiento de niños deformes por un aumento exponencial de relaciones incestuosas en medio de un mundo donde la electricidad ha dejado de ser viable, y tendría el mismo sentido. En resumen, la historia es un cúmulo de falacias non causa pro causa mal contadas que duelen. Lo que es más, el uso que hace de pasajes religiosos, mezclando creencias cristianas, judías con otros comportamientos y costumbres de cariz islámico, dan vergüenza ajena, y mira que soy ateo. Se limitan a coger lo peor de cada casa (y todas tienen muchas cosas muy malas, de sobra es sabido), meterlo en la coctelera y lo agitan creyendo que de ahí va a salir algo mínimamente coherente y todos nos vamos a rasgar las vestiduras conmocionados. Pero no, la maldad no es caótica. Nunca lo fue. Ella también debe tener una coherencia interna. Siempre la ha tenido.

¿Y la invención del parto? O sea, que lo más importante de esta sociedad es que nazca un niño... y las criadas los tienen en las casas bajo ritos pseudoanimistas, sin atención médica especializada por si algo va mal y en una silla de partos de madera al estilo de siglos anteriores mientras a las que les hacen la ablación por transgredir la ley al cometer "tracición de género" las ingresan con todo mimo en centros hiperesterilizados.

¿Estamos todos tontos?

Cinematográficamente, se abusa en todo momento del los primeros planos y los primerísimos planos, a menudo en contrapicado. Y sí, crea un atmósfera claustrofóbica, pero cuando todo el rato se usa el mismo recurso, la verdad es que señala más falta de maña que otra cosa, lo que da como resultado desidia y aburrimiento. Lo intentan compensar con alguna panorámica fluvial y algún plano cenital, sin mucho éxito.

Interpretativamente, todos está soberbios, desde la actriz principal hasta el últmo secundario. Lamentablemente, los malos son tan malos (excepto Fiennes en sus breves y estupendas apariciones y la ambivalencia del chófer) y los buenos son tan buenos, que aburren. Los buenos sufren tanto y los malos están tan mal trazados, que te da igual lo que pase. La estructura familiar de esta nueva sociedad es de traca, por cierto. Provenientes todos de las libertades hace nada perdidas, las esposas, los maridos y las criadas las adoptan como si ya fueran centenarias. Ninguna sociedad puede sobrevivir con esos ritos de procreación e intrafamiliares. Sería una sociedad que se dinamitaría a sí misma. Se solucionaría con la fecundación artificial, claro, con más índice de éxito que el método natural. Por supuesto, esto ni se menta. Quieres pensar que es porque lo prohíben sus creencias judeocristianasislámicas, pero también prohíben la fornicación y el adulterio (sexo con quien no estás casado/a) y ahí están, tan divinamente follando a otras en la jeta de la esposa y pasándose una vez más la lógica interna por el arco del triunfo. Además, faltan personajes y otros puntos de vista. Por ejemplo, ¿por qué una lesbiana a la que le obligan a tener sexo con un varón o una heterosexual que está siendo violada (muy ritualmente, eso sí) no generan pensamientos contra la procreación, el futuro bebé o algo? No digo que aborten, porque entonces las matan (ahí sí hay lógica). Pero que el pensamiento aparezca, se esboce, se tenga en cuenta al menos.
Pues nada. A todas las criadas se les cae la baba cada vez que aparece un niño. Me están follando contra mi voluntad y lo que hago para abstraerme es... recodar la carita de mi bebita. Estoy pariendo a un niño de alguien a quien no deseo, con la propietaria haciendo el ganso detrás, y todas con cara de arrobo ante el nacimiento del bebé. Ni un leve atisbo de gesto de asco. ¿En serio? ¿Ningún pensamiento proabortista a la vista? ¿Ni siquiera la intención de tenerlo?

Pues eso.

Que la disfrute el que pueda.
Áralan
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