En Blue Bay, en el sur más salvaje y pantanoso del Estado de Florida, el profesor Sam Lombardo (Matt Dillon) es el centro de atención de las estudiantes que lo desean no solamente por su personalidad sino también por su atractivo físico. Especialmente Kelly (Denise Richards) hija de la influyente y multimillonaria viuda Sandra Van Ryan (Theresa Russell) que también vé en Lombardo su oscuro objeto del deseo.

Repentinamente, un día, Kelly confiesa a su madre que ha sido violada por Sam y la reputación de éste queda en entredicho. Otra estudiante y testigo clave en el caso, Suzie Toller (Neve Campbell) le complicará la situación a Lombardo que deberá recurrir a Ken Bowden (Bill Murray), un abogado envuelto en trapicheos varios.

Así arranca un film cargado de un elevado tono erótico y compensado con aire de thriller policíaco y comedia estudiantil. Pero el añadido perverso radica en las interpretaciones femeninas (notables Campbell y Richards como lascivas cómplices de un entramado maquiavélico y planificado casi a la perfección). Porque el film de John McNaughton (director de las sobresalientes “Henry, Retrato de un Asesino” (1986) y “Normal Life” (1997)) no deja títere con cabeza en lo que se refiere a un plan perfecto que incluso haría temblar al Keyser Sosé de “Sospechosos Habituales” (Usual Suspects, 1995) de Bryan Singer.