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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Serie de TV. Intriga. Terror. Fantástico. Drama Continuación de la miniserie de televisión escrita y dirigida por Lars Von Trier en 1994. Ambientada en un moderno y laberíntico hospital localizado en un antiguo pantano, Riget contiene una mezcla de géneros en la que no faltan elementos fantásticos, de terror y de comedia negra. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2010
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
305/15(21/12/10) Segunda y última temporada de la serie creada por el danés Lars Von Trier. Estaba destinada a tener al menos una tercera pero Ernst-Hugo Järegård (excelente Dr. Helmer) y Kirsten Rolffes (magnífica Sra. Drusse) fallecieron y siendo estos los almas de la historia se canceló el proyecto, quedando este bastante huérfano de respuestas y con varios temas abiertos. Esta segunda entrega mantiene el nivel de la primera, de la que ya he hecho una crítica, estos cuatro episodios se abren en varias subtramas que mezclan el drama más doliente con la historia de la madre y el hijo monstruo, la intriga y el misterio con la Sra. Drusse buscando almas perdidas por el hospital, llevando de acólito a su hijo, el thriller de terror con los celadores haciendo apuestas de competiciones de ambulancias corriendo en contra dirección, o la comedia con un doctor con problemas de personalidad que es atendido por un ‘chaman’ que se ha instalado en la clínica y por supuesto el carismático Dr. Helmer que en esta temporada debe lidiar multitud de problemas creados por el mismo, el más acuciante es la acusación de negligencia médica con una paciente, en esta temporada ha cambiado su auto por uno mini eléctrico que meter dentro del hospital, dejando cargando las baterías en cualquier enchufe, aunque esto suponga desconectar algún aparato de un quirófano, Helmer es el alma de la serie, un tipo que dentro de su mezquindad y pusilanimería es muy divertido, hilarante como estudia sus excrementos por si se hunden o flotan, o como intenta sabotear a los que buscan pruebas en su contra, Ernst-Hugo Järegård lo borda, sabiendo no caer en la sobreactuación. La puesta en escena es igual que en la primera, mucha cámara en mano, poca o nula música, fotografía en tonos amarillentos, con un ritmo narrativo ágil, que para mi gusto rompe el relato de la madre y el hijo monstruo, demasiado escabrosa, que llega ser de mal gusto, no acorde con el tono de la serie, asimismo vuelven a estar los dos lavaplatos con síndrome de Down que son una especie de coro griego que da opiniones sobre lo visto, así como a Lars Von Trier en los títulos de crédito finales hablándonos de lo visto y de lo por ver. El resultado final es una muy entretenida serie, que se mueve por terrenos poco transitados en la tele, siendo recomendable a aquellos que quieran un producto de buena calidad que se salga de lo establecido. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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