Película ochentera a más no poder que está mejor de lo que pudiera parecer a primera vista: con buen oficio del posteriormente muy conocido director Robert Zemeckis; dos actores muy en su papel como son el guaperas Kurt Rusell, siempre a la espera de dar ese salto a la élite de Hollywood que nunca ha llegado (está en el escalón justo anterior: no está tan mal, muchacho), y un veterano Jack Warden en un cuando menos curioso “papel doble” (no digo más); y, por último un guión bastante correcto que garantiza pasar un buen rato, lo que no es poca cosa, tanto en 1980 como en la actualidad.

Si acaso, las escenas en que el Jack Warden-bueno es puteado son algo duras y quizá inapropiadas para lo que se supone es una comedia. Destacaremos también a dos secundarios que siguieron trayectorias harto diferentes: el obeso Michael Talbott, que acabó siendo uno de la troupe de la serie de TV “Miami Vice”, y Alfonso Arau, que se dedicó luego a los menesteres de la dirección de películas (“Como agua para chocolate”, “Un paseo por las nubes”...).

En fin, una película bastante entretenida.