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Santo Tomé y Príncipe Santo Tomé y Príncipe · São Tomé
Voto de Alexei:
7
Drama Santiago Román, un ex soldado de 23 años, ha vuelto a Lima después de años de haber luchado contra la subversión terrorista y el narcotráfico en su propio país y en la guerra contra Ecuador. Forma parte de una generación perdida que pagó culpas por las irresponsabilidades políticas de los gobiernos. Santiago encuentra en Lima una ciudad hostil, caótica, decadente y a una familia que la refleja. Está decidido a mejorar su propia ... [+]
8 de agosto de 2007
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se le ha parado de comparar con Taxi Driver, incluso en la carátula del DVD lo pone como campaña de marketing: "el relevo de Taxi Driver". Cosa que me fastidia sobremanera dado que no tienen nada que ver ambas películas. De hecho, en la crítica de la película del Cinemanía recuerdo una frase del redactor que decía algo así como: "si el director ha visto Taxi Driver tiene mucha cara". Ahora, después de ver la película, aclaro: en lo único que Días de Santiago tiene relación con Taxi Driver es en que ambos protagonistas eran ex combatientes. Ya está, en lo único.
Pero bueno, Santiago de Chile es una ciudad que siempre he querido conocer (y mira que he estado cerca), y la idea de un frenético Taxi Driver en dicha capital me pareció bastante atractiva. Me compré el DVD y luego comprobé que Santiago era el personaje principal, y la ciudad en que se desarrollaba la historia, Lima.
Aún así me acerqué a la cinta con entusiasmo.
Como drama social (género muy manido en las cinematografías sudamericanas, por algo será) aporta bien poco, pero como ejercicio de estilo es sugerente y destila "originalidad", aunándose a la estética post moderna muy en boga hoy en día; esto es: con cambios constantes y anárquicos del color al blanco y negro, uso de una imagen granulada o quemada (a lo wKw), montaje desestructurado, etc...
Aunque lo interesante en este film es el personaje de Santiago. Santiago está confuso, como todos. Es un joven chapado a la antigua, que no acepta los valores y la moral que reinan en la ciudad contemporánea. Todo para él es decadente, grotesco, difícil. No quiere que las personas que le rodean le defrauden y destrocen sus ideas preconcebidas sobre cómo debe ser cada cosa, y para ello usa la violencia. Es un intolerante al fin y al cabo.
Es un personaje de lo más interesante, hecho de pocas luces y muchas sombras.
No sabe lo que quiere, anda de un lado para otro de la vida, siempre con furia, no dejando hacer pie al espectador en cuanto a lo que siente.
Los monólogos "runruneantes" (en voz en off) son bastante buenos e imprimen toda la tensión dramática que la cinta necesita.
"Uno tiene que ayudar, siempre tiene que ayudar", dice Santiago, pero sin embargo le pega a la mujer. Es extraño.
A la vez todo esto no es más que la crónica de la guerra o del ejército, describiéndonos a un personaje que ha sido moldeado así por ambos ministerios del horror.
En fin, se hubiera apreciado un poco de más concisión a la hora de narrar sus desventuras amorosas (a tres bandas) que acaban quedando un poco en el aire.
Pero por lo demás, una buena película con un final bastante intenso y, sobretodo, unos seis euros bien invertidos y un muy buen debut que deja patente que Josué Méndez es un director al que aún le quedan cosas por decir.
Alexei
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