Balagueró ya se apunta un tanto desde el inicio, presentándonos a César tomándose su tiempo, sorprendiendo al espectador con la mala leche del protagonista si no se ha leído nada previamente al visionado del filme.

Pero el gran mérito de su director, es realmente bordarlo cuando quiere crear tensión e inquietud en el espectador. En especial cierta escena de "jugar al gato y al ratón", es simplemente so-ber-bia y te impide pestañear al tiempo que -y esto es lo cojonudo- te conviertes en cómplice del cabrón del protagonista.


Como notas negativas, quiero señalar por un lado el "buenrollismo" del personaje de Marta Etura, que lo veo muy forzado y falsete, aunque lo achaco más a un fallo interpretativo de la actriz. Y por otro lado, el personaje de la niña de la comunidad, que resulta muy poco creíble, ya que la puta niña aparenta ser casi una psicópata que incluso reacciona con frialdad y sorna ante la fatalidad. Aquí los señores guinistas se pasaron de frenada...

Y aunque está bien resuelto el final sin ser en absoluto estridente o estúpido, sí que -personalmente- me mosqueó un poco esa sensación de que el tramo final buscaba rizar el rizo "gag tras gag" en cuanto a mala hostia y crueldad. También es cierto que la miraba con bastante ojo crítico, porque el cine español suele obsequiarme con truños de gran calibre salvando algunas excepciones (en este caso se salvaba Luis Tósar, al que miro con buen ojo por sus interpretaciones).


Parece que me he extendido mucho sacándole faltas, pero al final son un par de tonterías que no dejan de hacer a este "Mientras duermes" un muy buen thriller malvado y desasosegante, claramente por encima de la media de la chusmilla que aparece por doquier en los últimos tiempos en la cartelera (especialmente este 2011... aunque para la semana que viene tengo una cita con Gary Oldman en "El topo", de la cual espero mucho).