A pesar de presentar algunos fallos puntuales en el uso del humor (tres o cuatro escenas concretas que siendo algo más comedidas, hubiesen funcionado con mejor armonía respecto al resto del metraje), y que me chirría un pelín la falta de matices de cierto personaje "malo maloso" (aunque el tono desenfadado del film lo tolera), esta película de Ben Stiller me parece encantadora y hecha con buen gusto y esmero.

La fotografía es muy bonita y evocadora, y el apartado sonoro cuenta con temas de gran calidad, por encima de la media. Y Ben Stiller se permite alguna genialidad, como cierta escena con tema de David Bowie (o Ziggie Stardust), que me pareció excelente y muy tierna. También hay otra escena con Ben Stiller y Sean Penn -prácticamente la única que comparten, de hecho- que me pareció muy buena, con un mensaje implícito que vale la pena recordar. El final también me ha parecido delicado, con algunas notas amargas, pero esperanzador.

La experiencia de Walter Mitty, en esencia, nos quiere contar que no ha de tenerse miedo... han de perseguirse y realmente llevar a cabo nuestras aspiraciones y sueños, tomar las riendas... más allá de limitarnos a fantasear e imaginar, postergándolos eternamente.


Para mí es una película bien hecha con momentos notables. Tanta dureza en algunas críticas, las veo fruto de prejuicios hacia un humorista como es Ben Stiller.