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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
7
Western. Bélico. Drama Juan Miranda y John Mallory, un veterano del IRA, se conocen en México y planean trabajar juntos robando bancos. Un día dinamitan una prisión creyendo que era un banco. La explosión libera a los revolucionarios presos, y ambos se convierten en héroes de la revolución. Poco tiempo después, las tropas del gobierno, comandadas por el coronel Gutiérrez, comienzan a seguirles los pasos. (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2008
60 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una película no responde a las expectativas que hemos depositado en ella, la sensación de vacío, de desazón, es prácticamente inevitable. Esa ingrata impresión es la que comporta una apreciación equívoca de la realidad, en tanto en cuanto aquello que intentamos valorar o enjuiciar nos va a parecer peor de lo que verdaderamente es. No sé si me explico, pero algo parecido me sucedió con “Agáchate, maldito!”.

Revestido de dogmática convicción me dispuse a disfrutar de una estimulante sesión Leone & Morricone un domingo por la noche a una hora razonable. La peli en cuestión se desarrollaba en plena revolución mexicana y la protagonizaban los siempre sobrios y solventes James Coburn y Rod Steiger. No voy a negar que “Agáchate, maldito!” revela su acentuada impronta leoniana desde los primeros compases. Lamentablemente, el realizador italiano se atrinchera a las primeras de cambio y sus habituales arquetipos no consiguen mantener el ritmo y la intensidad de una historia demasiado endeble para prolongarse a lo largo de dos horas y media.

El gran Sergio se mantiene fiel a su litúrgico manejo de la cámara, a su estética feísta, a su inquebrantable fe en la música de Ennio, pero esta vez el componente cómico desvirtúa en cierto modo el factor épico que suele destilar casi siempre su cine, situándolo peligrosamente cercano a otros ‘spaghetti’ más convencionales. De hecho, el tramo inicial de la peli me recuerda muy mucho el tono jocoso de “Mi nombre es ninguno”, film dirigido por Tonino Valerii pero producido por el propio Leone.

La peli parece recuperar su aureola leoniana en el último tercio, cuando merced a unos discutibles flashbacks sintonizamos algo más con la figura de John Mallory (James Coburn), ese enigmático activista irlandés que oculta tras de sí un traumático pasado. No obstante, un exceso de minutos y dinamita acaba pasándole factura a mi querido Leone que, en cómputos generales, finaliza su trabajo muy por debajo de sus posibilidades.

Pese a todo, existen muy pocos directores capaces de firmar pufos de siete estrellas. Leone es uno de ellos.
Taylor
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