Original, divertida y muy, muy bella tanto por su forma como por su contenido. Walle resulta ser un encantador robot que consigue despertar momentos de verdadera ternura a pesar de la dura situación que nos presenta la película. Una Tierra totalmente destruida y unos humanos que parecen de todo menos humanos. Pero como debe ser, todo este paisaje devastador termina con un final feliz en el que el bien y el amor triunfan, no si antes pasar por una serie de obstáculos. Una obra maestra del cine, con un profundo mensaje.