Piensa en una idea, en lo onírico tal vez. Imagina por un momento una utopía. Ahora detente y juega con tu mente. La de robar sueños por ejemplo. Empieza a delinear tu creatividad. ¿Es complejo?. Puede ser, pero existe algo llamado inspiración. ¿Ya lo estás percibiendo?. No, eso no basta, tu mundo es más basto e infinito, hay diferentes percepciones de la realidad, por lo que te ayudas de tus influencias, con lo que creciste. Pensemos en Jorge Luis Borges principalmente, en Fleming, Freud, y Dalì. ¿Porqué no?.

Sabes que a esa idea le falta concretarse. Y das las gracias que tengas una vena artística y seas un cinéfilo de corazón. Pasará el tiempo y habrás unido ambas con una eficacia elocuente, y la definirás como una "heist movie existencial". Sientes con entrañable alivio el hecho que seas un director afamado y que tú último film te haya dejado una considerable suma de ganancias, eres inteligente así que venderás la idea a tus productores de un modo sutil. Y así será.

Sólo te falta lo más difícil. La de plantar esa idea a los demás y que su percepción cambie gracias a ella. Pero eres audaz y lo lograrás. Todo se convertirá en una odisea mágica, perturbadora e indescifrable. Y desde luego, como todo, habrá quienes jamás entren, asunto que no te preocupará. Que la sofistificación de un invento a veces, exige demasiada cabeza. Una paradoja si se quiere mirar con atención.

Y esto, es "El origen"

Ya no basta con invitarnos a un territorio desconocido. Bienvenidos a Inception. Agarren un "tótem" y aférrense a él. Gírenlo si es necesario, y observen su curso. Que el camino es largo, complejo y no hay intermedios. Sólo una delgada línea que separa la ilusión de la realidad. Una fábrica de sueños. Una milagrosa e impresionante.