Y me explico:

Desde un punto de vista estrictamente cinéfilo contiene naturalidad, valentía y honestidad, los trazos gruesos son propios de la esencia del director (véase “Voy a explotar” o “Drama/Mex”). No requiere sutileza, aunque eso no quiere decir que no esté presente en la película. Los personajes tienen una función y en ese sentido se construyen de manera eficiente, la trama cumple el objetivo.

Ahora, si nos vamos por la moral de “Miss Bala” prefiero que sea la discusión y el debate que pueda surgir quien dé la razón a cada uno de nosotros. Aunque defenderé lo que opino; la pretensión de Gerardo Naranjo no creo que sea el de estereotipar su película tachándola de “Cine social” más allá de si existe una denuncia a algo o alguien. Si hay algo que impera, todo reside en la protagonista, lo demás son las razones del porqué. Es en Stephanie Sigman donde recae el peso de la condición humana cuando nos vemos sometidos a fuerzas aterradoras (no importa la índole) siendo inocentes a todo ello, y sin embargo, recibiendo los infortunios de las crueles consecuencias que existen. Renace todo el miedo oculto a su máxima expresión, y esto da pie a otros sentimientos y emociones que afloran (la ira, la tristeza, la desesperación y la desesperanza posteriormente). Lo demás es su base, y en este caso todo ello lo vemos a través de violencia, crímenes y mentiras que se dan en un país.

Por eso me resulta interesante. Tendrá algunas limitaciones y pecará de otras, pero no es otra película que quiera reflejar los problemas de una nación. La ocupa como trampolín para contar algo en concreto, el temor que reside dentro de uno ante una amenaza que no da tregua y que desentiende de malos y buenos.

Fantástica interpretación de Sigman, para concluir.