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Voto de Miquel:
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Cine negro
Película fundacional del cine de gángsters. 'Bull' Weed es un asaltante que tiene por única virtud el coraje. 'Rolls Royce' Wensel es un abogado talentoso, pero sumido en el alcoholismo y la indigencia. Una noche, tras un atraco, los dos se encuentran en medio de una calle, y la amistad nacerá entre ambos. Weed lo sacará de la miseria en la que vive, mientras que 'Rolls Royce' lo ayudará con su talento a ascender rapidamente en el mundo ... [+]
12 de septiembre de 2012
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Largometraje mudo realizado por el director americano de origen austriaco Josef von Sternberg (1894-1969) (“El ángel azul”, 1930). El guión, de Ben Hecht y Charles Furthman, se basa en hechos reales y en la figura del gángster Jim Colosimo (1878-1920). Se rueda en los platós de Paramount Studios (Hollywood, L.A., CA) y obtiene el Oscar al mejor guión original (Ben Hecht). Producido por Ben Schulberg y Héctor Turnbull para Paramount Pictures, se estrena el 20-VIII-1927 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en NYC (NY) en 1926/27. “Bull” Weed (Bancrof) es un gángster especializado en asaltar bancos y joyerías. “Rolls Royce” Wensel (Brooks) es un abogado alcoholizado con el que Bull se asocia para ayudarle a superar su adicción. “Feather” McCoy (Brent) es la novia de Bull, pero se siente atraída por el refinamiento y la inteligencia de Rolls Royce. “Buck” Mulligan (Kohler), provocador e impertinente, es el gángster rival de Bull. Este, que se distingue por su coraje, es vulgar e irascible. Rolls Royce es elegante, irónico, tiene sentido del humor y sabe callar. Su apodo responde al hecho de ser tan silencioso como un Rolls Royce. Feather es lista, siente una extraña e incomprensible pasión por las plumas y es seductoramente hermosa.
El film se caracteriza por su ritmo intenso y sostenido, la acción constante, los toques de fino erotismo y el cuidadoso estudio de los caracteres protagonistas. Incluye imágenes y situaciones que anticipan elementos de “Scarface” (Hawks, 1932), con la que comparte como guionista al escritor y periodista Ben Hecht. Como otros trabajos de Sternberg, el presente despliega una excelente puesta en escena y una exquisita dirección de actores. Por lo demás, exalta la amistad masculina, la lealtad y la rebeldía del individuo contra la sociedad que le oprime. Muchos son los que consideran que inicia el subgénero del cine de gángsters, que tuvo un gran desarrollo en los años 30 y se vio engrandecido en los años 70 por el éxito de “El padrino” (Coppola, 1972).
Es interesante observar cómo el realizador desgrana la narración y define los medios que emplea al respecto. Como buen naturalista enemigo del realismo, se sirve del recurso al artificio para dar a los elementos que integran el film el sentido que desea. La ciudad en la que tiene lugar la acción (NYC), la describe como un espacio frío y distante, en el que predominan los edificios de dimensiones sobrehumanas, los suelos áridos de asfalto, los gélidos muros de cemento, los subterráneos opresivos, los clubs ilegales, etc. Las imágenes muestran la ciudad como un universo de sombras fantasmales, desorden y caos.
La acción dramática tiene lugar en NYC (NY) en 1926/27. “Bull” Weed (Bancrof) es un gángster especializado en asaltar bancos y joyerías. “Rolls Royce” Wensel (Brooks) es un abogado alcoholizado con el que Bull se asocia para ayudarle a superar su adicción. “Feather” McCoy (Brent) es la novia de Bull, pero se siente atraída por el refinamiento y la inteligencia de Rolls Royce. “Buck” Mulligan (Kohler), provocador e impertinente, es el gángster rival de Bull. Este, que se distingue por su coraje, es vulgar e irascible. Rolls Royce es elegante, irónico, tiene sentido del humor y sabe callar. Su apodo responde al hecho de ser tan silencioso como un Rolls Royce. Feather es lista, siente una extraña e incomprensible pasión por las plumas y es seductoramente hermosa.
El film se caracteriza por su ritmo intenso y sostenido, la acción constante, los toques de fino erotismo y el cuidadoso estudio de los caracteres protagonistas. Incluye imágenes y situaciones que anticipan elementos de “Scarface” (Hawks, 1932), con la que comparte como guionista al escritor y periodista Ben Hecht. Como otros trabajos de Sternberg, el presente despliega una excelente puesta en escena y una exquisita dirección de actores. Por lo demás, exalta la amistad masculina, la lealtad y la rebeldía del individuo contra la sociedad que le oprime. Muchos son los que consideran que inicia el subgénero del cine de gángsters, que tuvo un gran desarrollo en los años 30 y se vio engrandecido en los años 70 por el éxito de “El padrino” (Coppola, 1972).
Es interesante observar cómo el realizador desgrana la narración y define los medios que emplea al respecto. Como buen naturalista enemigo del realismo, se sirve del recurso al artificio para dar a los elementos que integran el film el sentido que desea. La ciudad en la que tiene lugar la acción (NYC), la describe como un espacio frío y distante, en el que predominan los edificios de dimensiones sobrehumanas, los suelos áridos de asfalto, los gélidos muros de cemento, los subterráneos opresivos, los clubs ilegales, etc. Las imágenes muestran la ciudad como un universo de sombras fantasmales, desorden y caos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
(Sigue sin espoileres/aguafiestas)
Describe las características del mundo del hampa mediante rostros desencajados, luces difuminadas que se confunden con las sombras, ambientes irrespirables de humo, sonidos estrepitosos (sugeridos con sutileza) y cantidades inverosímiles de serpentinas de colores. Añade referencias a comportamientos paranoicos y esquizofrénicos, delirios etílicos y descontroles de conducta que estremecen. El cuadro resultante muestra el mundo del hampa como un amasijo de violencia, maldad y perversión. El retrato global de los bajos fondos, sin palabras, desborda vigor y contundencia.
Por lo demás, la narración se apoya en una potente capacidad de abstracción, que se pone de manifiesto a través del uso de la elipsis, la marcada estilización de personajes y situaciones y la abundancia de sobreentendidos. No falta el juego de contrarios, que sirve para reforzar los trazos gruesos del dibujo, como ocurre en la escena del gángster y el gato recién nacido, que prepara y anticipa escenas posteriores de mayor calado dramático. Junto a la abstracción narrativa, el film se recrea en una visualidad animada por un barroquismo convencido y vitalista, que a través de los detalles refuerza la estilización narrativa.
La fotografía, de Bert Glennon (“La diligencia”, Ford, 1939), en B/N, además de los travellings tan gratos al realizador, ofrece barridos, tomas subjetivas, contraluces, primeros planos y un interesantísimo montaje que usa distintas maneras de construirlos y diferentes velocidades.
Describe las características del mundo del hampa mediante rostros desencajados, luces difuminadas que se confunden con las sombras, ambientes irrespirables de humo, sonidos estrepitosos (sugeridos con sutileza) y cantidades inverosímiles de serpentinas de colores. Añade referencias a comportamientos paranoicos y esquizofrénicos, delirios etílicos y descontroles de conducta que estremecen. El cuadro resultante muestra el mundo del hampa como un amasijo de violencia, maldad y perversión. El retrato global de los bajos fondos, sin palabras, desborda vigor y contundencia.
Por lo demás, la narración se apoya en una potente capacidad de abstracción, que se pone de manifiesto a través del uso de la elipsis, la marcada estilización de personajes y situaciones y la abundancia de sobreentendidos. No falta el juego de contrarios, que sirve para reforzar los trazos gruesos del dibujo, como ocurre en la escena del gángster y el gato recién nacido, que prepara y anticipa escenas posteriores de mayor calado dramático. Junto a la abstracción narrativa, el film se recrea en una visualidad animada por un barroquismo convencido y vitalista, que a través de los detalles refuerza la estilización narrativa.
La fotografía, de Bert Glennon (“La diligencia”, Ford, 1939), en B/N, además de los travellings tan gratos al realizador, ofrece barridos, tomas subjetivas, contraluces, primeros planos y un interesantísimo montaje que usa distintas maneras de construirlos y diferentes velocidades.