Esta película es de ésas difíciles de catalogar. La verdad es que este director novel de curioso apellido puede ser considerado de todo menos convencional. Tengo que admitir que la película, al final, ha sido algo mejor de lo que me esperaba. En USA fue un estrepitoso fracaso y aquí en España no llegó mucho más lejos, pero creo que gana puntos en su segunda mitad. El comienzo me ha parecido caótico y me hizo pensar en dejar de verla, la música heavy metal que no viene a cuento y ese montaje videoclipero y frenético echa para atrás a cualquiera pero, afortunadamente, logra remontar el vuelo y no me importa decir que hasta me llegué a divertir. El punto más a su favor es la participación en los papeles protagonistas de dos pedazos de actores, para mí, como son el siempre correcto Kurt Russell, un actor discreto que raramente deja una mala actuación y que en este film curioso me ha encantado, es el ladrón con remordimiento de conciencia y sentimientos, y un Kevin Costner, que hace lo que realmente le da la gana, pasando de críticas negativas hacia él. Me parece, junto a Mel Gibson, de los actores más arriesgados del panorama cinematográfico, se mete en proyectos que le pueden traer muchos quebraderos de cabeza, pero hace lo que realmente siente y participa en todo aquello que le interesa, aún a sabiendas de que no sea precisamente comercial o positivo para él, y por ello me gusta tanto. Aquí se hace cargo del papel más odioso de la peli, el del sanguinario y psicópata ladrón al que no se le puede poner nada por delante. Sorpresa mayúscula la que me he llevado con Courteney Cox, que intenta quitarse también, al igual que el resto de sus compañeros, esa gran losa que es la serie "Friends", y que aparece más guapa que nunca y dejando ver que puede llegar a ser una actriz más que interesante. La química con el personaje de Russell es enorme y hace, también, que la película no pierda interés. El punto más negativo del film, aparte de la horrible banda sonora y el desastroso montaje, es el desaprovechado grupo de secundarios que están totalmente desdibujados, como es el caso de Kevin Pollak, John Lovitz, Thomas Haden Church y, sobre todo, el marido de la Cox, David Arquette, y el interesante Christian Slater. Yo la recomendaría pero advirtiendo que hay que echarle algo de paciencia, sobre todo al principio.