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Voto de Vivoleyendo:
10
Romance. Drama Anne es una joven viuda que tiene una hija pequeña y cuyo marido murió durante el rodaje de una escena peligrosa. Ella también trabaja en el mundo del cine. Jean-Louis Duroc es también un joven viudo que tiene un hijo de corta edad; es un hombre más bien triste e introvertido. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2008
42 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me cabe duda de que el Óscar a la mejor película de habla no inglesa de 1966 fue más que merecido para este bellísimo drama romántico que narra de un modo original, seductor y cautivador el naciente amor entre Jean-Louis, un piloto de rallies, y Anne, que trabaja en la industria del cine como técnica de cámara. Ambos viudos, y con hijos.
Lelouch hizo gala de su maestría artística y narrativa para dar lugar a una película plena de romanticismo por los cuatro costados, pero que elude brillantemente los tópicos empalagosos y los sentimentalismos facilones.
Sin duda, Lelouch quiso experimentar con la imagen y el modo de contar la historia, jugar con la técnica visual y narrativa para ofrecer algo diferente y fresco. Y lo consiguió con su fotografía que combina el color y el blanco y negro, creando un marco afectivo que oscila entre el pasado (sus anteriores vidas matrimoniales) y el presente (la relación que comienza a surgir entre ellos). Lo consiguió con los encuadres de la atrevida cámara, los planos, los escenarios y los paisajes. El director filmó un derroche absoluto de instantes preciosos captados por su personalísima cámara: un embarcadero al atardecer, por el que pasea un hombre llevando a su perro de la correa, mientras Anne comenta, con voz embelesada, que hombre y perro llevan el mismo paso; una playa en un día nublado, con los dos adultos y los dos niños que se están conociendo; Jean-Louis y su hijo, conduciendo a la orilla del mar; flashes del pasado de Anne cuando era feliz con su marido en el rodaje de las películas en las que él trabajaba como especialista en escenas peligrosas... Y, sobre todo, el impacto de los primeros planos que nos acercan extraordinariamente a los protagonistas.
Entre escenas en las que se vive felizmente el momento, conversaciones espontáneas, risas ante un divertido Jean-Louis, adrenalina incluida con las escenas de las carreras, y en definitiva el embrujo de la soberbia imagen cambiante e inquieta, pasional como ese amor ilusionado que empieza a brotar entre ese hombre y esa mujer que han tenido ya su tanda de sufrimientos en un pasado cercano, y que han elegido este momento para empezar a decir adiós a lo anterior y abrirse a lo nuevo. No sin dudas ni sin obstáculos, no sin que sus escarceos estén marcados por las inseguridades. Como en todo amor que se despierta.
Anouk Aimée y Jean-Lous Trintignant personifican a ese par de incipientes enamorados con una riqueza de matices que permanecen en la retina y en la memoria durante mucho tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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