En esta excelente serie de la BBC, se han recreado con gran esmero y detalle unos lugares concretos yuna época concreta: una pequeña ciudad provinciana en el condado de Hertfordshire, en Inglaterra, y el bello condado de Derbyshire, a finales del siglo XVIII, mientras en Francia la revolución se encontraba en pleno apogeo.
La trama gira en torno a una familia moderadamente próspera, pero sobre la que pesa un grave inconveniente: no hay descendencia masculina, con lo cual la propiedad pasará a un pariente cercano, y esto sitúa a las cinco hijas del señor Bennet en una situación precaria. Su única salida será hacer buenos matrimonios. La señora Bennet vive obsesionada con esta preocupación, así que intentará por todos los medios conseguir buenos maridos para sus hijas.
Cuando a la ciudad llega un nuevo vecino, Mr. Bingley, acompañado de su rico y orgulloso amigo, Mr. Darcy (que es dueño de medio condado de Derbyshire), se arma un gran revuelo entre las chicas Bennet.
En un baile, salta la atracción entre la mayor de las chicas y Mr. Bingley, mientras que Mr. Darcy, extremadamente orgulloso y altanero, despierta el desprecio de Lizzie, la segunda hija de Mr. Bennet. Ésta, que es una chica muy inteligente y observadora, comenzará, involuntariamente, a excitar el interés de Mr. Darcy. A partir de ahí, cada vez que se encuentren, ella, con agudeza, pinchará el amor propio de Darcy, y éste se sentirá cada vez más atraído hacia ella, aunque le costará mucho admitirlo.
Esta tensa relación que va surgiendo entre ellos estará plagada de malentendidos y desencuentros, y ambos tendrán que evolucionar y madurar para darse cuenta de sus errores y para reconocer sus auténticos sentimientos y aceptarlos.
Se nos ofrece un vivo retrato de algunos sectores de la sociedad provinciana de Hertfordshire y de Derbyshire, y unas agudas observaciones sobre las costumbres de las clases sociales y los fuertes prejuicios, que mantenían las barreras entre las clases y que condenaban cualquier "irregularidad". En una sociedad en la que las apariencias y el decoro eran el rasero con el que se medía la calidad de las personas, era muy fácil caer en desgracia y, por lo tanto, los protagonistas se ven sometidos a grandes presiones.
Una hermosa serie de seis capítulos, que se desarrolla con elegancia, con buenas interpretaciones (sobre todo la de Colin Firth, que se sale en el papel de Mr. Darcy). Algunas actuaciones quizás un poco afectadas, pero todo el conjunto resulta armonioso.
Si les gusta ver un gran drama romántico, con diálogos brillantes y un Colin Firth magnífico, no se pierdan esta serie.