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Voto de Servadac:
7
5 de enero de 2017
36 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joseph Losey no me parece un director de extrema sutileza, pero conoce bien su oficio.
Quisiera en estas líneas analizar un plano de ‘El sirviente’. Para ello, considero prudente zambullirme en zona ‘spoiler’. Nos vemos allá abajo.
Quisiera en estas líneas analizar un plano de ‘El sirviente’. Para ello, considero prudente zambullirme en zona ‘spoiler’. Nos vemos allá abajo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
55’55’’
El aristócrata Troy (James Fox), de espaldas, sube la escalera a oscuras. Hay luz en lo alto, en el rellano que da a la puerta de Vera (Sarah Miles), criada de la casa. La barandilla, frente a la escalera, interpone sus barrotes verticales.
A través de los barrotes y sin llegar del todo al piso de arriba, Troy llama a la puerta con suavidad. La cámara, en panorámica ascendente, acentúa el contrapicado –y, con ello, la sumisión de Troy–. Vera abre la puerta –tan sólo una rendija– y le dice que ahora baja. “Go down” insiste la criada. La habitación parece estar a oscuras.
La puerta queda cerrada y Troy sale del cuadro, bajando la escalera.
Vera abre la puerta –esta vez de par en par–. La habitación aparece plenamente iluminada. Podríamos decir que se superponen tres planos espaciales. En primer término, los barrotes; en segundo término, las piernas de Vera; y, más atrás, la estampa del sirviente, Hugo (Dick Bogarde), echado en la cama con un cigarrillo.
Las piernas de Vera salen del encuadre. Hugo Barrett se queda presidiendo el plano hasta que irrumpe el rostro de Vera en primer término, mientras baja la escalera y se sumerge, como antes hizo Troy, en la oscuridad.
Barrett, bañado en luz, sigue en la cama. No ha llegado a coincidir con Troy en el encuadre. Y, sin embargo, el plano narra entera la historia entrelazada de los dos.
56’52’’
En menos de un minuto, todas las cartas han quedado al descubierto. De forma genuinamente cinematográfica, Joseph Losey detalla el nudo de la trama.
El juego con las luces y las sombras resulta magistral, igual que los re-encuadres. También el uso de la barandilla. Las piernas de Vera son parte de la cárcel en que Hugo encierra a Troy.
Los desplazamientos ilustran la relación de poder entre los personajes. Hugo maneja los hilos –y las piernas de Vera– para subvertir el orden establecido. ¿Quién queda finalmente debajo y quién arriba? ¿Quién delante y quién detrás de los barrotes? ¿Quién es el amo y quién es el criado?
En menos de un minuto, el cine ofrece la respuesta.
En el siguiente plano, la coreografía amatoria entre Troy, Vera y la cámara de Losey es extraordinaria. Como ya se anunciara en el plano anterior, el rostro y las piernas de Sarah Miles serán las piezas clave. La luz ahora es una hoguera y no la luz artificial que iluminaba a Barrett en el cuarto de la chica… pero esto, querido lector, es ya la historia de otro plano.
El aristócrata Troy (James Fox), de espaldas, sube la escalera a oscuras. Hay luz en lo alto, en el rellano que da a la puerta de Vera (Sarah Miles), criada de la casa. La barandilla, frente a la escalera, interpone sus barrotes verticales.
A través de los barrotes y sin llegar del todo al piso de arriba, Troy llama a la puerta con suavidad. La cámara, en panorámica ascendente, acentúa el contrapicado –y, con ello, la sumisión de Troy–. Vera abre la puerta –tan sólo una rendija– y le dice que ahora baja. “Go down” insiste la criada. La habitación parece estar a oscuras.
La puerta queda cerrada y Troy sale del cuadro, bajando la escalera.
Vera abre la puerta –esta vez de par en par–. La habitación aparece plenamente iluminada. Podríamos decir que se superponen tres planos espaciales. En primer término, los barrotes; en segundo término, las piernas de Vera; y, más atrás, la estampa del sirviente, Hugo (Dick Bogarde), echado en la cama con un cigarrillo.
Las piernas de Vera salen del encuadre. Hugo Barrett se queda presidiendo el plano hasta que irrumpe el rostro de Vera en primer término, mientras baja la escalera y se sumerge, como antes hizo Troy, en la oscuridad.
Barrett, bañado en luz, sigue en la cama. No ha llegado a coincidir con Troy en el encuadre. Y, sin embargo, el plano narra entera la historia entrelazada de los dos.
56’52’’
En menos de un minuto, todas las cartas han quedado al descubierto. De forma genuinamente cinematográfica, Joseph Losey detalla el nudo de la trama.
El juego con las luces y las sombras resulta magistral, igual que los re-encuadres. También el uso de la barandilla. Las piernas de Vera son parte de la cárcel en que Hugo encierra a Troy.
Los desplazamientos ilustran la relación de poder entre los personajes. Hugo maneja los hilos –y las piernas de Vera– para subvertir el orden establecido. ¿Quién queda finalmente debajo y quién arriba? ¿Quién delante y quién detrás de los barrotes? ¿Quién es el amo y quién es el criado?
En menos de un minuto, el cine ofrece la respuesta.
En el siguiente plano, la coreografía amatoria entre Troy, Vera y la cámara de Losey es extraordinaria. Como ya se anunciara en el plano anterior, el rostro y las piernas de Sarah Miles serán las piezas clave. La luz ahora es una hoguera y no la luz artificial que iluminaba a Barrett en el cuarto de la chica… pero esto, querido lector, es ya la historia de otro plano.