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Argentina Argentina · santa fe
Críticas de rouse cairos
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Críticas 296
Críticas ordenadas por utilidad
7
21 de octubre de 2013
131 de 149 usuarios han encontrado esta crítica útil
La real odisea del capitán del carguero Maersk Alabama, quien decidió entregarse como rehén a piratas somalíes, tan inexpertos como peligrosos, a cambio de salvar a su tripulación, toma forma cinematográfica en un momento de creciente piratería en el Cuerno de África. El film recrea el episodio que en 2009 encendió el alerta mundial de que luego de 200 años, el peligro de los saqueos de piratas había retornado. Al basarse en hechos reales, la película dirigida por Paul Greengrass (responsable de la trilogía Bourne), toma el formato de un docudrama con un contenido hiperrealista y alta tensión dramática.
Con excepción de las primeras escenas, la mayor parte de la película está filmada en el mar, lo que representó un desafío técnico para los actores y la producción, tanto por lo reducido del espacio y el contrapeso de la estabilidad, como por los mareos producto del constante movimiento del mar.
Los primeros cuarenta minutos construyen un clima de temor ante la irrupción de un peligro inminente pero no previsto. Para enfrentarlo, el barco no cuenta más que con mangueras de relativa potencia para desalentar el abordaje de eventuales asaltantes. Tampoco existen armas ni entrenamiento especial más alla de las rutinas marineras y la práctica comercial. Ese contraste entre un puñado de piratas descalzos pero con arsenal de guerra frente a una tripulación que no sale de su asombro, crea una extraña sensación ante la desigualdad de situaciones, que tampoco es constante sino variable. Cada pequeño paso de los piratas somalíes para subir al barco, incrementa la tensión dentro y fuera de la pantalla, en una narración que en sus clímax apela a la cámara en mano y violentos planos contrapicados.

La perspectiva de Greengrass consiste en no centrarse exclusivamente en los procedimientos del rescate, sino en priorizar el retrato de los personajes y las situaciones de manera creíble por sobre el uso de efectos especiales y el impacto visual.
Al comienzo de la historia, se muestra la brecha que pone la situación en marcha: la casa del capitán Phillips (Tom Hanks), sin lujos pero confortable, en un barrio suburbano que contrasta rotundamente con la costa africana, donde sobreviven los improvisados piratas en precarios campamentos. Estos son pescadores desocupados, reclutados por caudillos mercenarios que los arman y mandan al abordaje de barcos para conseguir botines de los que se quedan con la mayor parte.
La película evita la estigmatización de los malos y los finales idealizados; si bien no justifica a los piratas, permite entender la tragedia que los lleva a obrar así, descorriendo la cortina de un conflicto más amplio, entre quienes son parte del mundo globalizado y los excluidos del mismo.

La fortaleza del cine de Greengrass reside en las actuaciones potentes y la pericia en los planos que confiere contundente potencia a las imágenes. No hay muchas palabras: la secuencia inicial donde se presenta al capitan en su hogar, preparando su próxima mision, es prácticamente silenciosa. Recién en el auto, camino a embarcarse en su próxima misión, hablan con su mujer acerca de la rutina riesgosa del oficio y de un mundo que se muestra cada vez mas dificil y peligroso, manifestando su preocupación sobre el futuro que les va a tocar a sus hijos.
Si bien todo el elenco es impecable, el peso del relato recae en Hanks y en sus contrincantes: los cuatro actores debutantes que interpretan a los piratas ofrecen caracterizaciones temibles, profundamente humanas y bien diferenciadas.
Tom Hanks siempre se ha caracterizado por dotar a sus personajes de una gran humanidad y de representar mejor que nadie al americano medio, por lo que resulta un acierto su elección en el casting, pero lo sorprendente es el aporte de los actores desconocidos que representan a esos piratas violentos y desesperados, famélicos y furiosos. Particularmente es soberbio el trabajo de Barkhad Abdi (Muse, el líder) teniendo en cuenta que es su primer papel en el cine. Se agiganta en sus enfrentamientos con Hanks, un duelo de titanes al que sostiene con sus ojos desconfiados, su gestualidad y la naturalidad de sus desplazamientos.
En un momento de guiones mediocres provenientes de la siempre poderosa factoría americana, “Capitán Phillips” sobresale por hacer una inquietante historia de su tiempo, alertando acerca de una de las variantes de piratas que habitan el presente y dando pie a la reflexión de por qué éstos han renacido y se encuentran al acecho.
rouse cairos
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9
2 de octubre de 2022
115 de 132 usuarios han encontrado esta crítica útil
Argentina 1985 es una película imprescindible y necesaria, porque llega en un momento donde los argentinos nos sentimos divididos y desalentados.

Entonces es bueno mirar para atrás y encontrar un suceso histórico donde nadie puede quedar indiferente: la película retoma el momento en que comienza la decisión de juzgar a los principales responsables de los sucesos más oscuros de la feroz dictadura iniciada en 1976, que se extendió hasta el regreso de la democracia en 1983.

Después de verla, no olvidaremos a ese fiscal y su ayudante, que no se presentan como héroes convencionales sino como seres humanos que ante la alternativa de dejar hacer y que todo pase, deciden ponerle el cuerpo y el alma para ejercer lo mejor de su oficio. Los méritos desbordan, empezando porque la película es ágil, y entretenida como para olvidarse de su duración.

También son admirables las actuaciones donde todos los roles, aún los más pequeños, están sumamente cuidados, son verosímiles y convincentes. Darín realiza una de sus mejores caracterizaciones con una actuación apasionada y admirable; Lanzani está magnífico como el ayudante inesperado que aporta toda la fuerza de la juventud y esto es fundamental, porque la película tiene un fuerte mensaje para recordar las posibilidades de la gente joven para hacer posible lo aparentemente imposible. Porque muestra cómo seres comunes pueden ser excepcionales simplemente no mirando hacia otro lado ni desentendiéndose del esfuerzo para lograr un poco de luz en momentos de tanta indiferencia y falta de horizontes. La recomiendo enfáticamente.
rouse cairos
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8
24 de agosto de 2014
101 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
La indignación del hombre común frente a un sistema burocrático e insensible, la corrupción generalizada, la mentira y la codicia son los ejes principales de este tratado moral provocativo y perturbador, atravesado por un humor negrísimo, que puede alcanzar dosis muy altas de crueldad hasta irrupciones extremas a puro gore.
La pretensión más evidente de la película es fantasear con los monstruos que genera el vigente "sueño de la razón". Una forma de libertad o liberación no apta para seres susceptibles. Los personajes se mueven en medio de una jungla que confirma el pesimismo de la sentencia Homo homini lupus. Animales acorralados, domesticados para vivir en sociedad pero que no podrán ocultar por mucho tiempo el impulso de un instinto latente que los conducirá hacia una violencia sin retorno.
Ninguna historia desarrolla demasiado a ningún personaje más allá del estereotipo y siempre los expone en su condición más miserable pero también en su costado grotesco como corresponde a una comedia negra.

Con risas o sin ellas, siempre queda claro una misantropía desencantada. Conformado como espectáculo con diferentes números, uno atrás del otro, estas historias comparten la condición de cine catártico en tanto busca desatar emociones básicas, ofrece escapismo en su estado más puro y alguna que otra crítica en borrosos apuntes que remiten a un clima generalizado de violencia social. Uno de los grandes aciertos es el tono grotesco para exhibir el rostro obsceno de la realidad.
Formalmente sobresale la precisión del montaje y el gran trabajo de la cámara, el nivel de las actuaciones, una excelente banda sonora y la buena factura de los efectos especiales. Todo está unido para combinar de la mejor manera una visión artística de la mano de un cine industrial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
rouse cairos
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7
25 de agosto de 2007
88 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film retrata uno de los períodos más oscuros de la historia de Uganda: la dictadura de Idi Amín, quien gobernó entre 1971 y 1979, año en que fue derrocado.

Cuando llegó al poder -mediante un golpe de Estado contra el corrupto régimen de Milton Obote- el dictador encontró el apoyo generalizado de todo el mundo y muy particularmente del Ministerio de Asuntos Exteriores Británico, hasta que adoptó un nacionalismo extremista, creando las condiciones que condujeron a la muerte y desaparición de cientos de miles de ugandeses.

El título de la película "El último rey de Escocia", es uno de los extravagantes apelativos que el dictador se autoadjudicaba, mezclando humor y megalomanía (también se hacía llamar Conquistador del Imperio Británico y Señor de todas las Bestias de la Tierra y de los Peces del Océano).
Para entrar en el círculo interno del mundo del dictador, el argumento crea el personaje de Nicholas Garrigan, un joven médico de origen escocés, que viaja al África, impulsado por ideales solidarios y aventureros. Destacado en una misión médica en Uganda, conoce por azar al flamante presidente Amín, quien acaba de tomar el gobierno y cuenta con la simpatía popular.
La experiencia como afamado documentalista del realizador Kevin Macdonald se nota en la agilidad de algunos planos memorables, como el discurso inicial ante las masas, tomado en primer plano, detrás de la nuca del orador. La estética, el montaje y la fotografía del film son relevantes.

Desde las luminosas escenas iniciales, con cantos tradicionales ugandeses de fiesta y colores vivos, existe un marcado oscurecimiento en correspondencia con el desvanecimiento de la imagen positiva del dictador.
El film elude la caricatura fácil y muestra las múltiples caras del déspota. Forest Whitaker realiza una interpretación magistral, construyendo un personaje entre bufonesco y shakesperiano, que en sus explosiones devastadoras no reconoce ni a sus propios familiares.

"El último rey de Escocia" es una película cruda y descarnada, sin embargo no excluye la belleza y calidez del país africano, dando cuenta de su colosal paisaje y arquitectura modernista que conviven con una cultura ancestral.

Aunque no busca ser una lección de historia sobre el genocidio en Uganda, es un interesante thriller con una veta de realidad, que descansa fundamentalmente en las excelentes actuaciones y la solidez narrativa con que está realizado.
rouse cairos
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7
30 de julio de 2007
95 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
"XXY" no es precisamente una película que se dedica a explotar desde el lado morboso o sensacionalista el tema de la intersexualidad. El hermafroditismo de la joven protagonista que compone Inés Efron es el disparador para reflexionar sobre algo que está detrás y es más profundo: la libertad de elección.
"XXY" no es recomendable para los que esperen un melodrama como "El hijo de la novia" o que vayan al cine simplemente por el carisma de Darín, tampoco para los que demanden un desenlace cerrado, ya que el filme subraya interrogantes y desnuda prejuicios a flor de piel, provocando sentimientos cruzados.

Básicamente "XXY" es un relato sobre la iniciación adolescente, el descubrimiento del cuerpo, la exploración caótica de la sexualidad y fundamentalmente, la búsqueda de la propia identidad.

La película tiene el mérito de una puesta en escena austera y pudorosa, que esquiva la sensiblería y aunque la historia deja a sus protagonistas principales en el inicio de un camino (antes clausurado y ahora abierto), subsiste la incertidumbre de muchos cabos sueltos.

Más allá del desenlace abierto que propone, "XXY" deja siempre una sensación de noble sutileza y logra imponer la credibilidad necesaria en el relato, apoyándose en una meritoria fotografía y una banda sonora adecuada.

Con pocas palabras y medidos gestos, las actuaciones de los jóvenes sobresalen. Ricardo Darín impone su oficio y el resto de los actores queda en roles más desdibujados pero correctos.
rouse cairos
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