¿Como diría yo que la historia de Dickens es perfecta pero que una vez más se ha desperdiciado la ocasión de hacer una buena versión cinematográfica? Pues así, diciéndolo.
Hace años que era necesaria una revisión de Canción de Navidad ajustándose al texto, perfecto, no un aggiornamentto del tema (algunos de los cuales tienen bastante más calidad que esta versión) Acudí al cine lleno de entusiasmo pues me apasiona la obra y me lo pasé en grande y, sin embargo, al salir estaba profundamente decepcionado. Veamos las virtudes, mejor dicho la única virtud del film: los magníficos efectos especiales. Ahi se acaba lo bueno. Enumeremos defectos:
-el gusto en recrearse en los propios efectos especiales 3D como diciéndo "Mira lo que soy capaz de hacer" sacrificando para ello episodios esenciales de la trama o reduciéndolos a la mínima expresión.
-Jim Carrey, en fin, que se le va a hacer, cada uno es como es.
-Guión que me temo esta inspirado no en la novela corta original sino en las diversas versiones televisivas que se han venido haciendo -realmente con mejores guiones y más ajustadas a la historia-.
-confusión entre Canción de Navidad y una de vampiros en determinado episodio que además recuerda a Alicia en el País de las Maravillas robando un metraje precioso para un episodio que desaparece limpiamente y reduciendo a un girón otro de los episodios. Quien escribió esto se había tomado alguna medicación demasiado fuerte.
-la cualidad esencial de Canción de Navidad es la ternura, la denuncia social y la exaltación de la Navidad como algo universal. Todo ello brilla por su ausencia en esta película y todo debido a que se dedican demasiados minutos a recorridos brillantes por los tejados de Londres, las calles de Londres, los paisajes nevados de la Vieja Inglaterra y en el metraje que sobra meten la historia de Dickens contada por alguien que no parece haberla leído o por un niño de cinco años. Hasta tal punto que puedo decir que al espectador le importa más bien poco si el pequeño Tim vive o muere por que sólo es una excusa para un recorrido más de la cámara en tres dimensiones.
Ahora sólo queda esperar otro montón de años hasta que alguien se plantee hacer una nueva versión a ver si de una vez se alcanza la calidad que el texto merece.

Esto es cine con mayúsculas: sin medios, con buenos actores, con un buen guión que mira su entorno, que se implica con la realidad y en la mejor tradición del esperpento y la España Negra.
No descubro nada si digo que es una de las cumbres del cine español y de Berlanga. Inolvidable Cassen y su motocarro, incluso el minipapel de Chus Lampreave muy jovencita.
Tan real que todavía duele

Está claro que esta película es fruto de un tiempo muy concreto, para un público muy concreto y con una ideología muy concreta pero... queramos o no los que ya peinamos alguna cana es parte de nuestra formación cinematográfica y tiene un hueco en nuestro corazoncito. Ñoña, previsible, en fin con todas las virtudes y defectos del cine de su tiempo. En la línea que seguiría, por ejemplo, "Jhonny Ratón" y que venía de películas como "Un día perdido". Como siempre lo mejor la galería de secundarios (actores de reparto, que es más políticamente correcto) que desfilan en torno a la monjita progre (para la época) y que logran salvar cualquier cosa. Están todos: Juanjo Menéndez, J.L. López Vázquez, Alfonso del Real, Rafael Alonso, Margot Cottens, Rafaela Aparicio, en fin, todos. Hay que verla con indulgencia, haciéndose un poco el tonto y dejándose ganar por cierta ternura almibarada.

La serie se centra en un grupo de amigos gays en un barrio gay. Empiezo diciendo que la última entrega es decepcionante. Hasta ahí la serie tiene una virtud: habla de seres humanos que luchan por sobrevivir con sus condicionantes vitales, cada uno con la que le ha tocado y todos con la homosexualidad en un entorno homófobo.
Cada personaje es inolvidable por lo humano y cercano aunque, lo reconozco, no es una serie para quienes quieran ver insultos o tripas (House, CSI) sino para quien quiera ver una historia de seres humanos, a veces un poco ñoña, a veces cruel (como la vida misma)
El cachas, el bueno, el plumífero, el corrientito, el maduro, la madre, la lesbiana en papel masculino, la lesbiana en papel femenino y el efebo (hilo en cierto sentido de la trama) son los arquetipos fijos de la serie que se mueven en un mundo que está en contra de ellos (agresiones, leyes, marginación y desprecio). El problema de esta serie y el morbo es que son homosexuales, si pertenecieran a otro colectivo marginal en un entorno hostil otro gallo hubiera cantado.
Un segundo problema es que las escenas eróticas son muy subiditas de tono, sólo por ser homosexuales, y escandalizan a bienpensantes. Sobre todo por que se está asumiendo con demasiada facilidad que la televisión es un medio sólo para mentes menores de edad. Nos tratan como si no fuéramos adultos, lo que teniendo en cuenta el peso de la tele en la producción cinematográfica es realmente alarmante.
Bryan, Michael, Enmet, Ted, Vic, la Gran Debbie, Melanie y su pareja cuyo nombre no recuerdo, Justin, mamá Taylor, Carl, Ben, Hunter son personajes que a quienes hemos seguido la serie no se nos borrarán con facilidad.

Ella, dominando la pantalla desde el principio, ella, arpía, avara, implacable; antecedente de las reinas de los culebrones tipo Angela Channing, ella bajando escaleras, poniéndose un sombrero, humillando a la familia. La loba es Bette Davis en estado puro dirigida por quien mejor supo dirigirla y contrapunteada perfectamente por la hoy casi olvidada Teresa Wright, única resistencia al vendaval de maldad de la Loba. Jamás una mujer heló tanto la sangre en las venas del espectador como Bette en determinadas escenas de esta película y jamás se insinuó la debacle de un personaje tan profundamente. Una joya.