Esta película traspasa los límites entre cine mudo/hablado, ficción/documental, color/blanco y negro, historia/vida cotidiana etc,,, porque creo que transgrede todos los límites entre esas categorías. Pura poesía de imágenes. No hace ninguna falta ser castrista, ni siquiera comunista para sentirse sobrecogido por estas cuatro historias de amor fracasadas (el joven novio engañado, el campesino estafado, el estudiante asesinado) y otra más que parece triunfar gracias a la revolución. Amor a las personas, a la tierra, a la familia, a la politica. ¿Existe algo más que decir si además se narra con imágenes bellísimas y actores de verdad? Una película que todo el mundo debería ver, cualquiera sea su edad y sus ideas políticas.

Lo siento. Sé que el romanticismo ha cambiado y que las nuevas generaciones puedan conectar con este relato que intenta ser una mezcla de romanticismo y suspense del siglo XXI. Pero el espíritu de la novela no está ni de lejos en este guión. Quizá guste a los jóvenes de ahora, pero antes de ver esto que lean algo, por favor, o que vean otro cine romántico "de época", como se dice, como por ejemplo las Cumbres Borrascosas de William Wyler. Apuntar unos muy buenos vestuarios y fotografía, que no compensan ni la interpretación ni la obsesiva utilización del violín. Hace falta armonía y espíritu, no sólo técnica y exteriores.

Si has sido joven esta película te hará llorar unas cuantas veces. Si eres nostálgico llorarás muchas veces más.

Las emociones que produce varían desde la náusea genérica hasta la identificación con cualquiera de los personajes, todos villanos y todos bondadosos, según el punto de vista que se quiera adoptar. Absolutamente recomendable para aquellos que huyen conscientemente tanto de la muerte como del sexo. Muerte y sexo unidos a la vida de forma inseparable, tanto para los creyentes como para los no creyentes. Por cierto, es increible el tratamiento estético del color rojo y del negro.

Una de las películas más actuales que he visto. Absolutamente demoledora y magistralmente interpretada. Lo más anticuado, aunque siempre deseable en cualquier momento sería el final feliz. ¿Volverán alguna vez este tipo de guiones, interpretaciones y directores? Quizá es imposible. Pero soñar con ellos es al menos posible. Los sueños simples son mejores que las pesadillas complicadas (que no complejas) de las historias que ahora se estilan.