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¡Viva Zapata!

Drama Biografía de Emiliano Zapata (1879-1919), famoso revolucionario mexicano que sublevó a todo el país contra el gobierno dictatorial del Presidente Porfirio Díaz. Kazan intenta mostrar cómo los líderes revolucionarios se corrompen en cuanto alcanzan el poder. El guión lo firma nada menos que el escritor John Steinbeck ("Las uvas de la ira", "Al este del edén"). (FILMAFFINITY)
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
20 de marzo de 2006
36 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escrita por John Steinbeck, fue dirigida por Kazan. Se rodó en Durango (Colorado), Nuevo Méjico, Río Grande City y Roma (Texas) y en Méjico. Ganó un Oscar (actor secundario) y 5 nominaciones (actor, decoración, argumento, música y guión). Obtuvo un BAFTA (actor extranjero) y una nominación (película). En Cannes ganó el premio al mejor actor.

La acción principal tiene lugar en el Sur de Méjico, entre 1909 y 1919. Narra la historia de Emiliano Zapata (Brando), líder del movimiento campesino que reclama las tierras propias ocupadas por terratenientes. Ante el fracaso de las gestiones pacíficas, se erige en uno de los cabecillas de la insurgencia contra el presidente Porfirio Díaz (Fay Roop), despótico y tiránico. En marzo de 1911 se incorpora con los suyos a las fuerzas maderistas, que junto con las de Pancho Villa (Alan Reed) provocan la caída de Díaz. El nuevo presidente, Francisco Madero, es asesinado (1913) por el general Victoriano Huertas, que se proclama presidente. El desarrollo de la guerra lleva Huertas al exilio (1914) y Venustiano Carranza, jefe de una facción revolucionaria, ocupa la presidencia, desde la que derrota a Villa (1915) y busca la muerte de Zapata.

La película exalta la figura de Zapata, honesto, leal y sincero, que lucha por los suyos, sin querer nada a cambio. El propósito de Zapata de obtener la devolución a los campesinos de las tierras que les fueron arrebatadas fracasa ante Porfirio Díaz, Madero y Huertas, por lo que se ve obligado a mantener la lucha. La película muestra la revolución de Zapata como una lucha por la libertad y la paz: la libertad de trabajar las propias tierras y la paz de vivir sin riesgos de perder la vida a manos de sicarios de los poderosos. La figura del héroe sobresale por su valentía y su amor por Josefa, esposa con la que comparte momentos de gloria y de penuria. Es importante el personaje enigmático de Fernando (Joseph Wiseman), al que siempre acompaña la muerte.

La música original es de Alex North, autor de una partitura de profundo dramatismo, que incluye canciones populares, como "Valentina", "Las mañanitas" y otras. La fotografía desarrolla una narración de singular belleza, con primeros planos psicológicos, sombras expresionistas, preferencia por los claroscuros y movimientos de cámara de gran precisión. El guión resume con brío una historia compleja y turbulenta, que avanza a un ritmo intenso y con formas que en ocasiones recuerdan las de un western. Es notable la penetración psicológica que consigue de los personajes. La interpretación de Brando es magistral, excelente la de Quinn, correcta la de Jean Peters (Josefa Zapata) y destacable la de Joseph Wiseman. La dirección eleva el relato al nivel de narración épica de un personaje mítico, humano, generoso y noble.

Película de muy buena música, soberbia fotografía, excelente guión, interpretaciones sobresalientes e inmejorable dirección. Cuenta el drama de un héroe enfrentado a un destino de lucha sin tregua y sin fin.
Miquel
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1 de noviembre de 2008
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si lo que pretendemos es entender el proceso revolucionario Mexicano no vale la pena perder el tiempo, ya que no sirve ni como aproximación superficial. Desde esta óptica es desastrosamente deslavazada, escasamente rigurosa con respecto a la explicación del proceso, y como casi siempre el peso específico de los personajes en el proceso es más determinante de lo que realmente fue.

Pero desde un punto de vista más técnico es una buena película, que obviamente recomendaría. Especialmente a aquellos que disfruten con el cine de actores (gran papel de Anthony Quinn). Me encantó especialmente la primera media hora...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Javi
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17 de septiembre de 2006
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una interesante reproducción de la revolución mexicana a mano del popular Emiliano Zapata. Evidentemente lo primero a destacar sería la brillante caracterización de Marlon Brando como el mexicano, y por su puesto su interpretación. Así como la de Anthony Quinn, que borda su papel. También destacar la magistral partitura de Alex North, la interpretación final del clásico popular mexicano “la adelita” resulta insuperable.
Es una historia de fracasos, de luchas por ideales, de utopías que se vuelven en contra, del nacimiento de una leyenda, y de cómo se cree en ella.
Oscar
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5 de febrero de 2007
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa película que narra la vida de Emiliano Zapata, un humilde trabajador del campo al que obligan a sublevarse por la falta de ayuda y comida, estrujado por un presidente corrupto e incapaz de enderezar el país.
El comienzo de la película deja claro la postura que le harán tomar, ya desde el principio apuntándolo en la lista negra por defender con palabras a su pueblo.
Marlon Brando como siempre, está genial, sin menospreciar la magnifica actuación de Anthony Quinn (que le valió un Oscar).
Un Elia Kazan que lo borda en la dirección y hace resurgir la leyenda del revolucionario Emiliano Zapata y lo que hubo de pasar por su pueblo que se encontraba maltrecho.
Preciosa música por la que Alex North estuvo nominado, claro que ese mismo año estaba también por “Muerte de un viajante”, se decantó el premio para Dimitri Tiomkin “Solo ante el Peligro”, al igual que su actor “Gary Cooper” que se lo arrebató a Marlon Brando (merecidamente).
Mi escena favorita es cuando Zapata sube al poder y otro campesino, vivo reflejo de su juventud, le reprocha la falta de agua y víveres para el pueblo. Él apunta su nombre y al hacerlo se da cuenta en que se está convirtiendo, en un dictador igual al que él tuvo que derrocar.

PD: Magistral película que con el paso del tiempo valoras mucho más, visto el cine que nos viene del otro lado del charco.
max
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16 de enero de 2008
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablemos de tandems: Por una parte y como pareja de baile, Elia Kazan y Marlon Brando, que, allá por los años cincuenta nos dejaron obras del calado de La ley del silencio y Un tranvía llamado deseo, juntamente con ¡Viva Zapata! y en el otro rincón del cuadrilátero tenemos a John Steinbeck, habitual también de Kazan. Ahí queda también para la posteridad, su colaboración en la mítica de James Dean, Al Este del Edén.

Reconozco la valía de Steinbeck, autor de Las uvas de la ira, magistralmente llevada a la pantalla por el maestro Ford pero puestos a elegir me quedo con Tenesse Williams y su tranvía Desiré. Y prefiero un buen Brando a lo Kowalski, camisetas sudadas incluídas a un buen Zapata con sombrero charro a cuestas. En cualquier caso, ambas interpretaciones, y si lo desean incluyan la de La ley del silencio, son excepcionales. Y digo más, Anthony Quinn, con Oscar y todo, esta bién, pero Brando está excelente. Así son las cosas y así se las hemos contado.

Pero como lo cortés no quita lo valiente, la película no me llega como lo hizo Un tranvía llamado deseo. Tal vez es que estoy comparando lo incomparable y busco en Zapata pasiones desgarradas o desgarradoras donde no las hay y lo que encuentro son parábolas como esa de que los héroes que mueren por el pueblo y sus convicciones se vuelven más peligrosos que cuando estaban vivos. Es verdad. No pongo en duda este tipo de cosas. Simplemente digo que la película de Kazan deriva hacia los cuentos morales de forma demasiado descarada. Recuerdese por ejemplo la escena donde Zapata rodea con un circulo el apellido de un campesino demasiado audaz. Tan audaz como lo fue él. Y ese instante mágico ilumina su conciencia un tanto apagada y le hace reaccionar. Como digo, cuentos morales.

Ahora bien, las películas de Kazan son películas de actores. Y esta lo es. Las interpretaciones son geniales. Y si además la fotografia es buena y la música acompaña bien, pues pasa lo que pasa, que vemos una muy buena película, que conocemos algo la historia de un pais como México y sobre todo que, por efecto de la moralina, nos levantamos de la butaca quizás un poco más humanos de lo que nos sentamos.
FATHER CAPRIO
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