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Una pareja perfecta (2005)

Una pareja perfecta
104 min.
7.1
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Sinopsis
Tras varios años de convivencia en el extranjero, Nicolas y Marie están a punto de divorciarse. Sin embargo, deciden ir juntos a Francia para la boda de uno de sus amigos. Nada más llegar, anuncian su separación, noticia que sorprende inmensamente a todos. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Un couple parfait
Duración
104 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Japón;
Premios
2005: Festival de Locarno: Premio Especial del Jurado.
8
LA ESPALDA DEL CORAZÓN
Actualizador de la Nouvelle Vague, Nobuhiro Suwa filma en París este duro relato de un apagamiento amoroso.

Espalda del corazón: su patio trasero y privado, tras la fachada de pareja modélica, en crisis profunda al cabo de quince años.

Acostumbrados a ver en el cine el eufórico enamoramiento entre dos seres mutuamente deslumbrados en los inicios, para asistir a esta otra fase angustiosa y crepuscular hacen falta otra disposición anímica y otro planteamiento estético.

Eludiendo clichés melodramáticos, Suwa escoge el despojamiento radical, asomado a un vacío que deja campo inmenso al espectador, a quien no se le dan mascadas las ideas: se le deja desarrollar las propias, a partir de la concisa realidad que se le ofrece. Como tantas películas actuales, consiste en un marco básico donde el espectador proyecta su propia película.

Con la suavidad de una gasa, “Una pareja perfecta” se posa sobre esa base: la difícil encrucijada de Marie y Nicolás cuando regresan unos días a París, a un acontecimiento social (una boda), se instalan en un hotel y encargan camas separadas.

La comunicación entre ellos, consistente en intercambio de reproches y burlas a las primeras de cambio, es rudimentaria, pobre, aunque sin violencia. Es el estilo imperante en el medio de profesionales acomodados en que se mueven. Parejas sin hijos (sólo un niño en la película, fugazmente, hijo de un padre viudo cuya capacidad de empatía queda de manifiesto), encerrados el uno con el otro, perdidos en sus respectivos papeles de adultos serios ‘comme il faut’.

Ahora, la fuerza del vínculo se extingue y surgen los primeros y decepcionantes vacíos. La pareja reacciona desconcertada, voluble, indecisa. Marie no se da del todo cuenta, y sigue exigiendo a Nicolás y recriminándole como si todavía se pertenecieran y como si, en alguna medida, él fuese de ella aún. Risas nerviosas, agobiadas, a punto del llanto. Tan pronto se muestra hostil como desvalidamente cariñosa. Él quiere actuar como si la ruptura fuese realidad consumada. Lo comunica a los amigos en una cena, para irse acostumbrando, pero no siempre puede con ello.

En el Museo Rodin, ecos del amor de Camille Claudel.

En un bar, un viejo sabio compara la guerra con el amor: se ataca por el repentino miedo hacia el otro, hacia uno mismo ante el otro, hacia ambos ante la vida misteriosa, hacia la existencia a menudo terrible…

Con ritmo extremadamente reposado, planos fijos larguísimos y el consiguiente juego decisivo del fuera de campo en los diálogos, textura digital, sonido directo que incluye hasta las respiraciones, puntuado ocasionalmente por graves notas de piano, y una pálida fotografía de colores muy apagados, idénticos a los que usó el monotemático pintor Morandi (1890-1964), el film captura despaciosa y respetuosamente, para la recreación por parte del espectador, el aire de dolor, zozobra y desaliento que envuelve a los personajes.
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26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Crónica del (des)amor
¿Por qué no me gusta “Un couple parfait” y me interesa todo lo que hace Nobuhiro Suwa? ¿Qué es lo que me he perdido? ¿Dónde está mi error de cálculo al visionar una propuesta que me debería seducir irremediablemente?

Y eso que “Un couple parfait” es prácticamente la misma película con la que Suwa me había encandilado (“M/Other”): retrato a planos-secuencia (está vez completamente estáticos) de una pareja en crisis, añadiendo dosis de su peculiar e interesante homenaje a “Hiroshima, mon amour” y la Nouvelle vague en “H Story”.
Tal vez Suwa se encontrase demasiado confiado en la improvisación de sus actores, los estupendos Valeria Bruni Tedeschi y Bruno Todeschini, o en llevar la propuesta al absoluto paroxismo.
Lo que sé es que donde otros ven poesía en esos silencios, miradas y gestos yo sólo encuentro frialdad o tedio y que esa absoluta claustrofobia y oscuridad, con esos desenamorados encerrados en una habitación de hotel, se transmiten en mi persona en absoluta indiferencia.

Tan sólo cuando encuentran la luz y el aire fresco y se liberan de su encierro en una visita a un museo o su excelente final siento algo de ese ocaso de su relación.
Tal vez demasiado alejada y distante, a mi gusto, Suwa quiere ser el heredero cinematográfico de la Nouvelle vague con un cine libre y espontáneo. Yo lo encuentro encorsetado y la experiencia que debería ser hipnótica se torna en gélida confirmándome: I) no me interesan las parejas gabachas en crisis, II) no me enamora el Rossellini de “Te querré siempre” y III) “Un couple parfait” eligió un mal día para entrar en mi vida.

Posiblemente sea esto último. Tal vez con otro visionado se arregle mi antipatía a la propuesta y encuentre esos caminos ilimitados y paradójicos del (des)amor.
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31 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
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