La señora de Pérez se divorcia (1945)

Si en la primera era una critica burlona tanto a que las mujeres se casen siendo menores de edad, como a la falta de instrucción de las mismas, acá es a la doble moral sexual en el matrimonio, la hipocresía de la burguesía que toleraba más un engaño (de parte del hombre, obvio) que un divorcio.
Julieta a dos años y medio de casarse cree que su marido le es infiel, y decide divorciarse, no solo por eso sino porque considera que Carlos no le presta atención y pasa más horas trabajando que con ella. Es interesante como el conflicto en realidad es la monotonía, Julieta necesita emoción, en parte aunque no se recalque como en la primera, el problema deriva del mismo hecho: el haberse casado siendo una adolescencia sin vivir y disfrutar su juventud, obviamente como es una burguesa con dos personas a su servicio no tiene que hacer nada en la casa, por lo que se aburre un montón y no sabe qué hacer con su tiempo.
Lo mejor: que se centren sobre todo en la pareja, y le den menos importancia a la familia de Julieta que realmente no aportaba nada.
La química entre Mirtha Legrand y Juan Carlos Thorry, mejor que en la primera.
El mensaje de que matrimonio no debe perder la pasión, ni dejarse vencer por la rutina.
Los chistes y la farsa sexual en la que se transforma cuando se "separan", como ese elemento prohibido aviva la pareja.
El meta mensaje, se habla de Safo, película dirigida por Christensen, y también se usa la partitura de El cato del cisne.
Lo peor: el amigo de Carlos le cuenta a Julieta que de soltero este era un mujeriego, algo que no se condice con la afirmación que hacia Carlos en La pequeña señora de Pérez donde él dice que se dedicó en exceso a los estudios y descuidó el corazón.
El exceso de comedia física y saineteril en la última parte, ya se vuelve totalmente absurda.