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El ejecutor del Bronx (1989)

El ejecutor del Bronx
92 min.
Disponible en:
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Trailer (INGLÉS con subtítulos en GRIEGO)
Sinopsis
En un futuro próximo, se desarrolla una guerra entre cyborgs y humanos en la ciudad de Nueva York. El Sheriff local deberá unir sus fuerzas con una gigantesca replicante, de la Robotic Replicants, para salvar la ciudad. (FILMAFFINITY)
Género
Acción
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Il giustiziere del Bronx
Duración
92 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
1
¡L'ultimo, l'ultimissimo guerriero!
El futuro, el Bronx convertido en un escenario de batalla. ¿Quién se pelea? Androides, humanoides y humanos, por una vida más tranquila y sin violencia.
¿Puede ser esta la aventura definitiva que estábamos esperando?

Sí, la barraca de los '80 estaba a punto de cerrar sus puertas, por desgracia, pero eso no significa que el cine de ciencia-ficción futurista y post-apocalíptico se terminase ahí, de hecho siguió en los consecuentes '90 y sigue hasta nuestros días, aunque ya sin el mismo nivel de encanto. Habíamos hecho un largo recorrido, y el Big Bang que fue la secuela de "Mad Max" dio lugar a multitud de obras que, la mayoría con resultados discutibles, nutrió toda una década de fantasías épicamente cutres y entrañables de la más variopinta diversidad; y de entre todos los participantes los italianos fueron los reyes de la fiesta.
Caraduras y atrevidos como ellos solos, tuvieron la oportunidad de volver a demostrarlo en "El Ejecutor del Bronx", epítome del cachondeo cinematográfico. Este "proyecto" está articulado por un señor llamado Vanio Amici, editor durante toda su vida y desempeñando ahora su primer y (no es de extrañar) único rol de director, que empieza engañándonos sobre una sociedad futura y distópica mientras vemos luces de maquinitas y botones parpadeando sin cesar...pues los planos que se abren sobre New York la muestran funcionando en perfecto estado, de ahí para llevarnos a una supuesta zona del Bronx.

¿El Bronx es este terreno abandonado de fábricas ruinosas y vastos campos alejado de la ciudad? Si usted se lo quiere creer adelante. Aparece el supuesto héroe con la cara de un Gabriele Gori que no sabe muy bien dónde se ha metido (es lógico que el pobre se sintiese así), y entonces...algo extraño. Un agente de policía le salva de ser atacado; es el gran Woody Strode, pero hay algo que no encaja y que a un servidor le produjo hasta escalofríos: las secuencias del actor me eran terriblemente familiares, es más, su vestimenta ya la había visto yo antes.
Y al comprobar cómo se iba planteando este argumento las dudas se disiparon. Si a usted también le trajeron recuerdos estos instantes, y sobre todo si es, al igual que yo, un empedernido apasionado de este cine casposo, habrá caído en la cuenta del robo perpetrado por Amici a varios títulos anteriores; los sinvergüenzas "corta y pega" de Cirio H. Santiago son perdonables porque el hombre lo hacía con sus propias películas, el italiano sin embargo sustrae pedazos de metraje de "Guerreros de la Ciudad" y "El Último Guerrero", utilizando dobles para camuflar la evidencia o reclutando a los mismos actores que aparecían en aquéllas y ponerles la misma ropa.

Como lo oyen. El plagio más obvio viene de la realizada por Romolo Guerrieri, con una historia más o menos igual (la lucha era entre infectados de la radiación y no contaminados) y la presencia de Strode en el mismo papel (allí Sam, aquí Warren) y Margit Gansbacher, mientras Alex Vitale repite lo hecho en la de Giuseppe Vari; estas licencias de montaje, uso de actores y doblaje da lugar a un hiriente caos narrativo. Porque nada está en su sitio, hay diálogos explicativos que se contradicen con el resto del argumento, situaciones desordenadas y subtramas de ciertos personajes que no importan tanto como se quiere aparentar (la del dilema moral del jefe de los humanoides es la mejor, de lejos).
Al final, por el modo en que éstos son presentados y la manera en que el protagonista (¿y quién es?, ¿el joven policía James, el sentimental y fortachón Dakar o la bella malvada Margie?) se introduce en la guerra de las dos razas, pareciera que estemos viendo el piloto de una serie de televisión que por suerte jamás se llevó a cabo. No hay ritmo tampoco, claro; algunas secuencias de acción y suspense se estiran tanto que aburren hasta el más insufrible tedio, y en el colmo de lo inexplicable, durante la batalla climática en la fortaleza (¿?) de Margie y sus androides, habrá planos y escenas de peleas y muertes que se van repitiendo uno detrás de otro, hasta dos y tres veces.

Pero aún peor fue la jugarreta del director a Gansbacher, que la contrató para rellenar algunas secuencias y luego la dejó compuesta y sin sueldo con la excusa del material de archivo utilizado. Lo dicho, el epítome de las películas-montaje.
Durante la década pudimos ver algunas obras italianas enmarcadas en el género cuyo descaro rozaba lo imposible, pero ésta superó todos los límites. Al título "Il Giustiziere del Bronx" debería haber acompañado "...o La Grande Beffa di Vanio Amici".
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