Rápida y mortal (1995)

Cuando salieron los filmes de Leone, algún listillo los bautizó sabia y despectivamente como "spaghetti western", al ser rodados por un italiano en Almería con cuatro duros. Con un rescatado Clint Eastwood, que no había podido/sabido triunfar en Hollywood. Entonces, estos westerns eran épicos, exagerados, baratos, pero rodados de una forma muy original, hasta entonces nunca vista en el western. Se daba más importancia al duelo, esos segundos antes de que se empiece a disparar. Ahora Leone es considerado un maestro del género, y estos filmes, joyas.
Con "Rápida y mortal" pasa un poco lo mismo, cuenta con un reparto que entonces no era mucho, salvo por Hackman y Stone, pero que ahora costaría el triple conseguirlo.
Y es espectacular como sólo Raimi sabe hacerlo. Este filme es, como mínimo, muy entretenido, épico, fuegos artificiales. Y qué si tiene un guión plano? Y qué si no hay más escenarios que un poblacho con una calle y un Saloon? Así, señores, se hacían los buenos westerns en Almería. Y si no, al tiempo. Y ya estoy harto de ver a John Wayne masacrar a pobres indios, que sólo defienden su territorio. Viva el Spaghetti!!!!

Puede echar un poquito para atrás ver a la bella Sharon Stone ejerciendo de ruda pistolera. Pero, fuera prejuicios negativos, porque "Rápida y mortal" es un sabroso western con unas algunas gotas de videojuego, cómic y hasta competición deportiva, en concreto mundial de fútbol. Su argumento es limitado, directamente sacado de "Hasta que llegó su hora" (1968), pero muy en la línea del salvaje oeste. El móvil de Ellen (Sharon Stone) es la venganza contra un cacique que es como el de "Tierra de Lobos" (2010) y su oportunidad para cumplirla, una terrible competición de duelos para dilucidar quién es el más rápido del lugar.

La cosa podría enfrascarse en enfrentamientos repetitivos pero primero, queda muy chulo eso de que se vayan cruzando en octavos, cuartos, semifinales y final, y segundo, hay una panoplia de rivales con mucho color. Imposible que los tiroteos resulten anodinos. Por otro lado, los protagonistas tienen, cada uno a su manera, encanto, incluida Ellen, que aunque lo disimule no es tan dura como aparenta, sino que esconde ternura, empatía e inseguridad típicamente femeninas. Es más, diría, como el malo, que nunca ha matado a nadie. A todo esto, hay que añadir el rutilante reparto y la tensión abierta entre la venganza y el perdón.