El arte de la guerra (2000)

Una más de nuestro simpático héroe de acción en un entramado político internacional. Es muy comprensible que estemos ante el clásico film detestable para muchos por su argumento, su estilo y sus escenas, pero Wesley tiene su público y entre sus películas se alternan justo las de este género. Dos años antes había hecho U.S.Marshals y anteriormente Asesinato en la Casa Blanca, dos de sus más emblemáticas películas y ésta sigue la línea honradamente.

Aquí no se trata de convencer a nadie sino de presentar a Wesley Snipes en una de acción en la que un grupo espía secreto de los USA quiere salvar un futuro tratado comercial internacional con China porque alguien lo está saboteando. Ese alguien ha elegido al agente Shaw (Wesley Snipes) como cabeza de turco y resulta, como sabemos aquellos incondicionales de este excepcional actor, que Wesley no es la gacela coja sobre la que pueden abalanzarse las fieras tan ricamente para dar cuenta de ella. Y esto es lo que mueve este tipo de películas sin más. A partir de ahí tanto la dirección como la acción en modo alguno es mala, y los personajes pivotan perfectamente entre ellos y su cometido, aunque no estemos hablando de un film de culto ni memorable. Mi consejo sería el de no verla si no eres un fan de este tipo de películas ni de Wesley, ahora bien, de seguro que El arte de la guerra supera a muchas castañas que elegirías para ver en vez de ésta.

Sobre lo demás, decir que el argumento es sencillo y se sigue sin problemas y sobre lo que uno dice del final, añadir que justo el final, es la guinda del pastel que cierra la acción.

En 2000, Christian Duguay (Hilo mortal, Caza al terrorista) nos sorprendió con esta magnífica película de acción, dentro de un contexto político y de contraespionaje, protagonizada por uno de los mejores elementos del género: Wesley Snipes (Blade).

El primer punto a favor del film es su alto grado de entretenimiento, considerado por muchos un divertimento de primer orden dado que hay una buena y adictiva trama, adrenalíticas secuencias de acción como persecuciones, peleas y tiroteos, coreografiadas con precisión milimétrica, factura visual impecable y, como no podía ser de otra manera, situaciones que buscan el lucimiento de Snipes como maestro en artes marciales.

El guión de Wayne Beach (Asesinato en la Casa Blanca) narra de forma trepidante una historia bastante completa sobre un agente secreto (Snipes) que debe hacer, por un lado, todo lo que esté en su mano para evitar que se destruya un tratado de paz entre China y Estados Unidos y, por otro, limpiar su nombre. De esta manera deberá enfrentarse a "buenos" y "malos" durante todo el metraje, ahondando en lo que debe sentir un espía en esas situaciones en las que todo el mundo niega su conocimiento.

El elenco que acompaña al protagonista es de altura, con intérpretes de la talla de Donald Sutherland (M.A.S.H., Klute), Michael Biehn (Terminator, Aliens) o Anne Archer (Peligro inminente, La cocina del infierno) además de una belleza asiática como Marie Matiko (The corruptor, Mystery Men) y un villano típico de las películas orientales como el japonés Cary-Hiroyuki Tagawa (El último emperador, 007 Licencia para matar).

Sin embargo, a pesar de tanto nombre me gustaría destacar a uno de los secundarios, Maury Chaykin (Juegos de guerra, Harry e hijo) que encarna de forma magistral al típico policía veterano que, a la antigua usanza, comienza a atar cabos para ayudar a resolver el misterio.

En resumidas cuentas, una espléndida película que revitalizó el género de la acción en el inicio del nuevo siglo, con un libreto que trabaja bien historia y personajes, actores comprometidos, guiños a otras películas (en especial a Matrix), acción y suspense continuados, giros más o menos inesperados de guión... Como he dicho al principio, un divertimento de primera magnitud.