Heredarás el viento (TV) (1988)

209/09(04/06/21) Interesante y sugestiva adaptación televisiva (para MGM TV), donde John Gay (“Mesas separadas” o Torpedo”) adapta en su guión la famosa obra homónima de 1955 dee Jerome Lawrence & Robert E. Lee, escrita como una parábola que ficcionalizaba el Juicio del "Mono" de Scopes de 1925, ello proyectado como un ataque a la Caza de Brujas del Senador McCarthy en los 50. Dirige de modo0 plano David Green, especialista en el medio televisivo por décadas (con dirección de episodios de “La Dimensión Desconocida”, “El Santo”, “Hombre rico, hombre pobre”, “Raíces”, o adaptación al medio de famosas películas como “La Noche del Cazador”, “Qué fue de Baby Jane?” o esta que me ocupa), teniendo el hándicap de tener la alargada sombra de la versión definitiva hasta ahora, como es la de la United Artist de 1960 , dirigida por Stanley Kramer, con dos colosos de antagonistas como Spencer Tracy y Fredric March, donde el tema de la Razón (Teoría evolucionista de Darwin) vs Fe (Dogma del Antiguo Testamento-Genésis) es el mismo, tratado de modo similar, con argumentario igual, pero reduciendo el metraje en medio hora, con lo que se da menso cancha a los personajes para desarrollarse y expresarse, donde la puesta en escena es bastante monocorde, con una aceptable recreación de los años 20 en sus pocas escenas exteriores (sobre todo en la llegada festiva del que será el gran abogado de la acusación), pero que nada añade a la versión del 60. Más bien parece hecha para que la compañía del logo del León rugiente no pierda los derechos de la obra.

En 1925, el profesor de biología Bertram Cates (correcto Kyle Secor) en el tranquilo pueblo sureño de Hillsboro llamó la atención del alcalde (inanen Don Hood) y del severo Reverendo Brown (cumplidor Michael Ensign) porque acercó a sus estudiantes a la teoría de la evolución de Darwin, violando con ello la Ley del Estado. Cates es acusado, y la ciudad fiel a la Biblia encuentra en el dos veces candidato presidencial estadounidense Matthew Harrison Brady (homérico Kirk Douglas) a un devoto abogado que se presenta con gran convicción como fiscal. Pero también para la defensa de Cates, un elocuente profesional completo sube al ring: Henry Drummond (espléndido Jason Robards), que había estado del lado de Brady en la candidatura presidencial, pero ahora aboga con vehemencia por que un joven académico no debería ser prohibido, "Para usar su cerebro". Incluso al seleccionar el jurado, los dos oponentes chocan una y otra vez porque Brady solo quiere admitir ciudadanos creyentes y Drummond parece quedarse atrás aquí. Brady y el juez también muy piadoso (notable John Harkins) frustraron sus planes en una etapa temprana en la selección de los expertos científicos que deberían ser llamados al estrado por Drummond.

Donde la cinta se hace atractiva, y por lo que merece la pena (y mucho) verla, es por sus dos Magnos veteranos protagonistas, con un extraordinario Kirk Douglas (con 72 vigorosos años) dando vida al inflexible y dogmático Matthew Harrison Brady, con incendiarias proclamas cristianas, cual antorcha de la justicia divina que no se discute, se mimetiza con su personaje de modo formidable, sientes que piensa lo que dice, te cala su radicalismo religioso, teneidno grandes momentos en su ardor fanático cuando da el discurso en la Iglesia o en el duelo con Drummond cuando está subido al estrado, el modo de verlo desintegrarse es sensacional. Como lo es conmovedor en la relación con su esposa, irradiando ternura; Frente a él un gran Jason Robards (con 66 años), capaz de dar réplica al Titán que encarnó a Spartacus, un papel que borda en su dignidad y modo de tener que colarse por las rendijas que le deja el juez, teneidno poderoso ententes con Douglas, siendo apoteósico el clímax de los dos chocando como dos trenes sobre el estrado; Por cierto, Jean Simmons vuelve a hacer de pareja de Kirk 28 años después de la icónica cinta del libertador de esclavos, la actriz desplegando sin apenas palabras un lenguaje de miradas y gestos de compenetración natural entrañable con el tipo del hoyuelo más famoso de Hollywood (con permiso de Cary Grant); Con todo lo dicho he tenido la mala fortuna de verla en versión doblada, con lo que las interpretaciones Sion una versión prostituida de lo que fueron realmente.

Por supuesto que el argumento se coloca claramente del lado de los evolucionistas, poniendo a los religioso como fanáticos cuasi-yihadistas en el modo de defender lo irracional de unas escrituras del Génesis que vete tú a saber quién las escribió, hay quien dice que Moisés. Pero esto está muy discutido entre los arqueólogos de la Biblia, empezando porque también es discutible que Moisés existiera. Y aun así 20 siglos después hay gente que toma esto como Ley de vida incontestable e infalible: Es de agradecer que en el epílogo se quiera dar alma a las creencias de Brady a través de Drummond, pues como bien dice todos deberíamos poder pensar lo que queramos, e incluso a equivocarnos por ello.