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Madame Sans-Gêne (1961)

Madame Sans-Gêne
98 min.
5.3
111
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Trailer
Sinopsis
La fascinante y fastuosa corte de Napoleón vista por una mujer generosa y apasionada que recorrió de manera fulgurante toda la escala social. Cuando en 1789 estalló la revolución, era una lavandera parisina, después como cantinera durante la campaña de Italia fue amante del capitán Lefévre. Más tarde, mariscala de Francia y duquesa de Dantzig y casi reina de Westfalia. Por encima de las grandes batallas, de las ambiciones políticas y de una corte de advenedizos se impuso la apasionada historia de amor de Madame Sans-Gêne y el mariscal Lefévre. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Romance Guerras Napoleónicas Siglo XVIII
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Madame Sans-Gêne
Duración
98 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Italia-España;
Links
8
“Hemos sido muy felices y desgraciados como para que nos puedan separar”
Durante el imperio Napoleónico, Catherine Hübscher (1753-1835), fue una mujer de humilde extracción que desempeñó oficios como lavandera y cantinera, y tras casarse con el capitán François Joseph Lefebvre, llegaría a convertirse en Duquesa de Dantzig, ingresando así al estrecho círculo de la 'nobleza', amiga personal del emperador Napoleón Bonaparte.

Fue, este personaje, el que inspiraría al dramaturgo, Émile Moreau (en colaboración de Victorien Sardou para el particular prólogo), al escribir su comedia para vaudeville, “Madame Sans-Gêne”, la cual se estrenó en París, el 27 de octubre de 1893.

En realidad, el sobrenombre de Madame Sans-Gêne (traducible, atinadamente, como Dama sin restricciones), le había sido dado por Napoleón I de Francia a la soldado, Thérèse Figueur, quien, durante 20 años, combatió en las guerras napoleónicas, y éste episodio también sería, ligera y libremente usado, para contar la apasionada y profunda historia de amor entre Catherine y Lefebvre.

Llevada al cine en varias ocasiones (en 1925 con Gloria Swanson: en 1941 con Aimé Clariond; y en 1945 con Niní Marshall, bajo la dirección de Luis César Amadori), es ahora, Christian-Jaque (“Fan Fan la Tulip”, “Madame Du Barry”, “Nana”…), el director que decide hacer la definitiva versión francesa de esta desenfadada, divertida y picaresca historia que sirve, sobre todo, para demostrar que, el origen de la llamada 'nobleza' no siempre ha sido como ha aparentado ser.

Picantes y mordaces diálogos, y unas cuantas situaciones palaciegas muy bien descritas por el grupo de guionistas (entre quienes se incluye a Jean Ferry, Franco Solinas y Ennio de Concini), convierten a, << MADAME SANS-GÊNE>>, en una sátira que no pierde actualidad, y a la cual el director ha puesto suficiente atractivo visual (¡Ah, Sophia Loren, cuánta sed y afanes voyeristas nos causaste!), como para que no resulte aburrida ni un sólo momento. Los exteriores resultan, en general, bastante llamativos, y las escenas de masas lucen resueltas con mucho profesionalismo, convirtiéndose el filme en un espectáculo muy digno de ver.

Por otro lado, la historia de amor entre, Catherine Hübscher y el ascendiente Lefebvre, es encantadoramente interpretada por la prominente Loren y por Robert Hossein… y quedará siempre para el recuerdo el carácter de esa mujer que luce como un diamante en bruto y que, contra todo, prefiere la gran Verdad y la honestidad a tener que vivir de vulgares apariencias. ¿Se mantendrá así hasta el final?

Vale la pena ver, lo que ocurrirá en la belicosa Francia, entre 1792 y 1806, porque, contado con el buen humor y el innegable tino de estos autores, es un espectáculo como para no perdérselo.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Finura en la ambientación
La agitada existencia de aquella espontánea "Madame Sans Gêne" con sus pequeñas anécdotas sentimentales, sus apasionados romances y el momento histórico en el que se situaban las peripecias o sea la Revolución Francesa. Christian-Jaque dirige la obra con soltura y demuestra sentido del decoro en la puesta en escena. La película tiene una sugestiva ambientación y los acertados fondos musicales subrayan el carácter esencialmente romántico de la historia. De todas las coproducciones europeas en las que participó Ágata Films en los años 60 quizá fue la que gozó de más medios materiales para su confección. Nada menos que la mítica Sophia Loren se hizo cargo del curioso personaje y lo hizo con gracia y personalidad con la ayuda de un guión que le permitia el esperado lucimiento. Igualmente resulta gracioso en su simpático papel Enrique Ávila. El ritmo de la película decae en algunos momentos donde la acción resulta algo rezagada pero el resultado general es positivo y agradable. Tuvo el éxito que esperaban los responsables de esta fina coproducción.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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