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A la luz de la luna (1951)

A la luz de la luna
95 min.
5.7
33
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Musical que adapta una serie de narraciones costumbristas de Booth Tarkington en las que se narran las incidencias cotidianas de una familia residente en una pequeña localidad de Indiana a principios de siglo. Tiene cierto encanto dentro de un tono eminentemente cursi. Pese a ello, obtuvo un considerable éxito que propició una secuela: "Operación matrimonio" (1953), de David Butler. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Musical Romance
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
On Moonlight Bay
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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6
Dulce pájaro de juventud
Este musical para lucimiento de Doris Day me ha recordado a esas colecciones de postales bellamente coloreadas que recrean entornos apacibles e idílicos en lugares de ensueño.
Mansiones románticas e imponentes con sus jardines, porches y verjas de madera. Calles apacibles y silenciosas donde apenas se quiebra la paz excepto por el esporádico paso de algún carruaje. Salones de baile con orquesta, estratégicamente situados junto a un hermoso lago con embarcadero donde poder ir a navegar con la chica en una barca de remos.
Bellos colores, estancias cómodas, comedores elegantes y muñecos de nieve.
Esta película tiene mucho que ver con aquellos musicales de Judy Garland, en su textura, la suavidad de sus formas, la belleza con que retrata mundos imposibles que sólo han podido existir en los sueños repletos de azúcar.
La historia recrea las vicisitudes de una familia, en los años previos a la I Guerra Mundial, que se muda a un nuevo vecindario. Una familia compuesta por el padre, vicepresidente de un banco, la madre, una hija a punto de entrar en la edad adulta y un hijo de doce años, el terremoto de la casa.
Al estar estructurada en pequeños episodios costumbristas sobre las vivencias de la familia, la película, pierde en muchos momentos la cohesión necesaria que una trama central más sólida exigiría, resultando dispersa, despistando al espectador respecto hacia dónde quiere dirigirse, más teniendo en cuenta que no todo lo que nos cuentan despierta el mismo interés, siendo algunas anécdotas más interesantes y divertidas que otras.
La trama central, la compuesta por el idilio de Day con MacRae también promete más de lo que da.
Un muchacho "antisistema" radical, anticapitalista y anti convenciones, podría dar mucho juego enfrentado al padre de su novia, un conservador de pro.
Pero no hay nada de eso. En seguida se adivina que al chaval se le va a pasar la fiebre radical más pronto que a mí un catarro y que todo irá a su cauce sin conflictos ni sobresaltos.
El hermano también protagoniza una aventurita sorprendente cuando propaga un rumor acerca de la familia que choca bastante pero también lo resuelven sin más ni más.
En realidad, en conjunto, a mí las historias no me han gustado. La película me parece mucho más apreciable por los números musicales, sobre todo, la que da título al film que forma una melodía inolvidable y otro par de ellos más, Doris en la nieve y el dúo que cantan en el porche.
La ambientación, decorados, vestuario y fotografía sí son hermosas y son realmente lo más valioso a destacar junto con el repetido gag de Mary Wickes en la cocina tratando de servir la comida.
Pero estas atmósferas recreadas siempre tienen un poder relajante y placentero en el espectador porque están repletas de encanto en su sencillez. Así que creo que no perderán su tiempo acercándose a ella y, si encima son fans de Doris Day, para qué les voy a contar. Ya están tardando.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¡Las enaguas de Marjorie!
Estados Unidos, 1917, aunque en Europa se está viviendo la terrible Primera Guerra Mundial, en el idílico barrio residencial al que se han mudado los Windfield, los grandes problemas son las travesuras del hijo pequeño y el incipiente romance de la hija mayor, Marjorie.

El resumen de esta misma web habla de "On Moolinght Bay" como una sucesión de escenas con un tono decididamente cursi (o algo así).

Viéndola, me pregunto qué es cursi y qué deja de serlo. Para mí, "Dirty Dancing" es la quinta esencia de la cursilería y para otros muchos, es una de sus películas favoritas.

Pues para mí esta "A la luz de la luna" es "encantadora" y no "cursi"; es irónica y está llena humor amable y blanco, lo que le cuadra bien a una narración totalmente teñida por la nostalgia.

Hay que tener en cuenta que cuando se estrenó, muchos de los espectadores habían vivido de primera mano el año 1917, que seguro que no fue como se cuenta en la película, pero tampoco como sus recuerdos les hacía creer y seguro que recordaban con cariño varias de las cosas que este relato, decididamente optimista, les traía a la mente: las clases de vals - obligatorias para cualquier niño - los jóvenes con abrigo de pieles, los feriantes fulleros, los nuevos bailes que se llamaban cosas como "la patada del oso"...

Ahora este título nos puede inspirar nostalgia, no tanto del mundo hace más de un siglo, sino del cine de los 50, en los que aún se creía que una comedia podía ser encantadora y un poco inocente, sin dejar de estar cuidada y hasta un poco crítica.

Si a ti te hace gracia que un niño salga corriendo porque le quieren disfrazar de angelote con las enaguas de su hermana mayor, o que una madre contemple horrorizada como su terremoto de doce años recibe una navaja suiza de regalo, o con la lectura de una inenarrable redacción de "interés general", esta puede ser tu película.

O si todo eso te parece "decididamente cursi" pero crees que puedes disfrutarlo igualmente, también puede merecer una oportunidad. A cambio obtendrás un musical con la magnífica voz de Doris Day con un humor encantadoramente... cursi.
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