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Por los barrios bajos (1962)

Por los barrios bajos
114 min.
6.8
955
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Títulos de Crédito
Sinopsis
Un hombre busca a su antigua amada y la encuentra en un burdel convertida en amante de una madame lesbiana. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Homosexualidad Prostitución Gran Depresión Años 30 Celos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Walk on the Wild Side
Duración
114 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1962: Nominada al Oscar: Mejor canción
7
Casa de muñecas
Film realizado por Edward Dmytryk (1908-99). El guión, de John Fante, Edmund Morris y Ben Hecht (no acreditado), adapta la novela “Walk on Wild Side” (1956), de Nelson Algren (1909-81). Se rueda en escenarios exteriores de Nueva Orleans (Louisiana) y en plató. Es nominado a un Oscar (canción). Producido por Charles K. Feldman para Columbia, se estrena el 21-II-1962 (EEUU).

La acción dramática tiene lugar en el camino entre la pequeña localidad de Arroyo, situada en el Valle de Río Grande, al este de Texas, hasta Nueva Orleans y en esta ciudad, a lo largo de varias semanas del verano de uno de los primeros años de la década de los 30 del siglo pasado, en tiempos de la Gran Depresión. Dove Linkhom (Harvey), joven vaquero tejano, acaba de perder a su padre enfermo, al que cuidaba desde años atrás. Va a pie y en autostop a Nueva Orleans en busca de su antigua novia, Hallie Gerard (Capucine), a la que no ve desde hace 3 años. En el camino se encuentra con Kitty Twist (Fonda), una exuberante muchacha, delincuente juvenil, fugada de su casa, que va en busca de aventuras y oportunidades de supervivencia y libertad, como gata inexperta en un mundo de alcantarillas. Otros personajes son Teresina Vidaverri (Baxter), propietaria de un snack-bar de carretera, y Jo Courtney (Stanwyck), madame del burdel de lujo “The Doll’s House”, ubicado en el barrio chino de la ciudad. Dove es ingenuo, primario e irreflexivo. No ha ido a la escuela. Hallie, que fue maestra en Arroyo, es elegante, distinguida y sofisticada. Jo es calculadora, fría, posesiva, desconfiada y agresiva, como una gata en celo. Kitty es dominante, atrevida, desenvuelta y salvajemente atractiva.

El film suma drama, romance y crítica social. El tema que trata (prostitución) y el modo como lo hace, determinan que levante polémica y cause escándalo en el seno de una parte del público, no acostumbrado a la desenvoltura y naturalidad con la que se exponen extremos como la orientación homosexual claramente aceptada de una mujer, el ambiente de corrupción y degradación personal que se vive en el mundo interior del prostíbulo, la gravedad de la violencia que se ejerce sobre las pupilas, la situación real de retención y práctico secuestro en la que se encuentran atrapadas y las sangrantes amenazas sobre la vida que les afectan. Es la primera película americana que presenta explícitamente en pantalla un caso de amor lésbico. Hasta entonces sólo se habían presentado de forma críptica, disimulada o sugerida (“El trompetista”, Curtiz, 1950).

El film denuncia una realidad, alejada en el tiempo y situada en unas circunstancias específicas y diferentes (la Gran Depresión). Aborda el tema perturbador de la prostitución de menores. Explica los hechos con una contenida sobriedad, que no cae nunca en aproximaciones de recreación, ostentación o visualización morbosa. Por ello al espectador actual le resulta difícil entender el carácter escandaloso que se atribuye al film en su momento.
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33 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
LA GATA NEGRA
Edward Dmytryk nos dejó un buen recuerdo con su "Crossfire". Luego se diluyó entre cintas más o menos mediocres. El atractivo principal de "La gata negra" reside en sus protagonistas femeninas. Por primera vez se vislumbra un amor lésbico (la Garbo y la Dietrich ya hicieron sus encubiertos pinitos, sin olvidar tampoco a la Bacall de "El trompetista"). En su momento esta "Gata" escandalizó a más de uno y de una. La historia es algo banal, pero los resultados son de una previsible corrección. Parece un film hecho a mayor gloria de cuanta animalidad y alevosía han presidido siempre toda clase de prostíbulos a lo largo y a lo ancho de este enfebrecido mundo de nuestra sensualidad de cada día., pero que también han servido para dar cierto postín a los encubiertos encantos de tanta hembra encalabrinadora de tontorrones machitos que no han conocido otro medio mejor para alimentar sus apetitos lujuriosos. Jane Fonda se estrena como sex-symbol irrefrenable. Su juventud es exuberante. Papá Fonda no sabía, ¡o no quería saber!, la joya que tenía en casa. ¡Y la niña se convirtió en gran actriz! Anne Baxter, hiciera de buena o de mala, seguía siendo guapísima y deliciosa. La hierática y ex modelo Capucine jamás supo actuar por mucho empeño que pusiera en ello, pero tenía prestancia, y sus apariciones repentinas siempre preludiaban mucho más de lo que luego ofrendaba ("Alaska tierra de oro", aparte de su debut, fue un buen ejemplo de ello). Aquí consigue, no obstante, algún que otro momento espléndido: ¡su bajada a la casa de muñecas al son del rag-time! Hay preguntas que duelen,y Capucine da respuestas magníficas. Barbara Stanwyck estalla, parece que se desmelena, pero era ya una sombra de lo que fue. Y Laurence Harvey era un actor insoportable. Aquí, como siempre, cuesta trabajo digerirlo. La música es sensacional, y los títulos de crédito, con esa gata negra paseándose entre las alcantarillas, ¡de rechupete! Vale la pena repetirlos.
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26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
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