La isla interior (2009)

En 'La isla interior', sus directores, Félix Sabroso y Dunia Ayaso, cambian de género al proponer un drama familiar, aunque no renuncian en absoluto a incluir los detalles irónicos y situaciones (tragi)cómicas que hasta el momento abundaban en su filmografía.

'La isla interior' (bonito y significativo título) cuenta la reunión de tres hermanos con su madre ante la inminente muerte de su suicida esposo y padre. Mostrando retazos de los tres hermanos, Sabroso y Ayaso van desgranando sus conflictivas personalidades, marcadas todas ellas por la esquizofrenia del padre y algunos hechos inconfesables del pasado, que siempre han supuesto un tabú para todos los miembros de tan mentalmente tocada familia.

La historia y el desarrollo del guión son muy atractivos y efectivos, pero lo que hace que todavía llegue a interesar más al espectador es la estupenda interpretación de todo el reparto, especialmente la de una Candela Peña en estado de gracia, como habitualmente acostumbra.

Siento disentir de lo que escribió John Donne, pero en esta película se refleja perfectamente la eterna soledad inherente al ser humano: nacemos solos, vivimos solos, morimos solos. Aunque, por desgracia, a veces, en lugar de ser una isla solitaria en la mitad del océano, algunos forman parte de archipiélagos opresores y deprimentes... No sé qué da más miedo y más lástima y más angustia: si el día a día en que sobreviven los personajes, si el momento en que cada cual estalla. Aunque, como bien dijo el bueno de Donne, debo estar de acuerdo con que "(...) no preguntes nunca/ por quién doblan las campanas. /Están doblando por tí"

Una película que da que pensar, esta última del dúo Sabroso-Ayaso. Una película dura (con sus momentos de humor, que no falte nunca, así recobramos el aliento de cuando en cuando), cruda y sincera. Se agradece esta mirada al conjunto de una familia disfuncional (o quizás no tanto...) y al interior de cada uno de los personajes. Un guión interesante, una historia coral sin concesiones. A destacar el magnífico trabajo actoral, sobre todo el de Alberto San Juan. Bugallo, como siempre, correctisimo.