Trailer (COREANO subtitulado en INGLÉS)
- Sinopsis
- Kyung-soo es un actor en horas bajas. Su última película ha sido todo un fracaso, y su director le echa toda la culpa. En ese momento, Kyung-soo recibe una llamada de un antiguo compañero de clase. Éste, completamente borracho, le invita a hacerle una visita a su ciudad natal en Chuncheon, diciéndole que a su lado tiene una admiradora de su trabajo cinematográfico. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Comedia Romance
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2002 / Corea del Sur
- Título original:
- Saenghwalui balgyeon
- Duración
- 115 min.
- Guion
- Música
Premios
2002: Blue Dragon Film Awards (Corea del Sur): 2 nominaciones
Cada día que pasa los surcoreanos me explican con paciencia que tienen el mejor cine independiente
6 de diciembre de 2010
La película se incluye en la fascinante subcategoría "Películas en las que no pasa nada", lindando con su vertiente mayor "Cine del Tedio".
Considero un error catalogar la película de "intimista" porque está rodada casi en su totalidad con planos muy abiertos. Planos, por otro lado, muy extraños, tirando a amateur (aunque no dudo de su intencionalidad) en los que se deja mucho aire arriba de los personajes y la cámara rota sólo sobre su eje. No hay zooms ni travellings, el único movimiento que se permite la cámara es el ya citado paneo, que suele llevar a planos de gran profundidad.
De esta manera, se crea una atmósfera tirando a onírica. Personalmente, me recuerda al mejor Murakami (el escritor), al que le gusta introducirnos con un solitario personaje masculino una cotidianeidad que poco a poco se enrarece debido al entorno.
Este entorno son personajes que, "sin pasarse", actúan de forma poco habitual, casi como impertinentes mocosos. Gente que se extralimita, preguntando de más, saltándose todas las reglas de lo social y, adentrándose así en los temores de muchos.
Otro detalle: el tiempo, al igual que el espacio infinito que separa Seúl de Chen-Choung, es algo indivisible. Sí, los días pasan, pero parece que siempre nos encontremos en el mismo día nublado, uno de esos días en que la luz tenue lo alcanza todo y parece que nos adentre en un sueño incómodo o en un recuerdo brumoso.
Lo de siempre: si buscas algo diferente, te agradan las películas pausadas de aire misterioso y trama minimalista, bienvenido. Si prefieres que el director te esté gritando a la cara toda la película mientras el montador te da collejas para que no te duermas, mejor lo dejas.
Una muy muy grata sorpresa.
Considero un error catalogar la película de "intimista" porque está rodada casi en su totalidad con planos muy abiertos. Planos, por otro lado, muy extraños, tirando a amateur (aunque no dudo de su intencionalidad) en los que se deja mucho aire arriba de los personajes y la cámara rota sólo sobre su eje. No hay zooms ni travellings, el único movimiento que se permite la cámara es el ya citado paneo, que suele llevar a planos de gran profundidad.
De esta manera, se crea una atmósfera tirando a onírica. Personalmente, me recuerda al mejor Murakami (el escritor), al que le gusta introducirnos con un solitario personaje masculino una cotidianeidad que poco a poco se enrarece debido al entorno.
Este entorno son personajes que, "sin pasarse", actúan de forma poco habitual, casi como impertinentes mocosos. Gente que se extralimita, preguntando de más, saltándose todas las reglas de lo social y, adentrándose así en los temores de muchos.
Otro detalle: el tiempo, al igual que el espacio infinito que separa Seúl de Chen-Choung, es algo indivisible. Sí, los días pasan, pero parece que siempre nos encontremos en el mismo día nublado, uno de esos días en que la luz tenue lo alcanza todo y parece que nos adentre en un sueño incómodo o en un recuerdo brumoso.
Lo de siempre: si buscas algo diferente, te agradan las películas pausadas de aire misterioso y trama minimalista, bienvenido. Si prefieres que el director te esté gritando a la cara toda la película mientras el montador te da collejas para que no te duermas, mejor lo dejas.
Una muy muy grata sorpresa.
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25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
La puerta del retorno
23 de marzo de 2007
Que el cine asiático difiere del occidental es un hecho, y aunque esto no signifique necesariamente que sea mejor -sería injusto considerar algo así-, lo cierto es que poco a poco cada vez más directores orientales consiguen hacerse un hueco en quienes se atreven a visionar sus obras. Así, por curiosidad me atreví con Hong Sang Soo con la que según sus fans y la crítica especializada consideraban su mejor película. ¿El resultado? Fantástico.
"Turning Gate" nos narra una historia tan simple como intimista, la de un actor en horas bajas que decide aceptar la invitación a su casa de un amigo que no ve desde hace tiempo. Con esta simple premisa se desarrolla una maravillosa historia que va tomando la forma de determinada leyenda que, como detalle, deja caer uno de los personajes y que va delineando toda la trama. Ahí radica quizá la grandeza de esta Turning Gate, en hacer esencial esos pequeños detalles que pronto se nos olvidarían.
Ayudan por supuesto las sublimes interpretaciones de los actores, destacando a Sang Mi Chu por encima del resto, perfilando un personaje horrible como ser interior pero siempre atractivo desde un punto de vista de interés hacia su papel. Cruel y vulgar en algunos momentos y cercano en otros. No es que los secundarios desmerezcan, ni mucho menos, pero él está enorme. Un drama con tintes de humor -negro- que realmente destaca y que hace que entren ganas de ver más obras de este director. Lástima que ninguna de ellas esté editada en España y que haya que recurrir a métodos poco lícitos para descubrirle...
"Turning Gate" nos narra una historia tan simple como intimista, la de un actor en horas bajas que decide aceptar la invitación a su casa de un amigo que no ve desde hace tiempo. Con esta simple premisa se desarrolla una maravillosa historia que va tomando la forma de determinada leyenda que, como detalle, deja caer uno de los personajes y que va delineando toda la trama. Ahí radica quizá la grandeza de esta Turning Gate, en hacer esencial esos pequeños detalles que pronto se nos olvidarían.
Ayudan por supuesto las sublimes interpretaciones de los actores, destacando a Sang Mi Chu por encima del resto, perfilando un personaje horrible como ser interior pero siempre atractivo desde un punto de vista de interés hacia su papel. Cruel y vulgar en algunos momentos y cercano en otros. No es que los secundarios desmerezcan, ni mucho menos, pero él está enorme. Un drama con tintes de humor -negro- que realmente destaca y que hace que entren ganas de ver más obras de este director. Lástima que ninguna de ellas esté editada en España y que haya que recurrir a métodos poco lícitos para descubrirle...
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14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
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