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Un corazón normal (TV) (2014)

Un corazón normal (TV)
127 min.
7.0
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Sinopsis
En la época de mayor virulencia del SIDA, se ignoraba casi todo sobre una enfermedad que se calificó como "el cáncer gay". El film cuenta cómo la sociedad estadounidense fue asimilando la expansión de la gran epidemia. El guionista Larry Kramer traslada a la pantalla su propia experiencia vital en Nueva York a comienzos de los años 80. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Enfermedad SIDA Homosexualidad Años 80 Telefilm
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Normal Heart
Duración
127 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Blumhouse Productions
Links
Categorías 1
Premios
2014: 1 premio Emmy: Mejor telefilm. 16 nominaciones
2014: Globos de Oro: Mejor actor secundario serie, miniserie o telefilm (Bomer)
2014: Satellite Awards: Mejor actor (Telefilm o Miniserie) (Mark Ruffalo)
2014: Sindicato de Productores (PGA): Nominada a Mejor telefilm
2014: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director (Miniserie/Telefilm)
8
Historia de una derrota
Este domingo HBO emitió The Normal Heart, tv-movie dirigida por Ryan Murphy (creo que no hace falta presentarlo a estas alturas) y adaptada, a partir de su propia obra, por el dramaturgo Larry Kramer. La película, ambientada entre 1982 y 1983, narra el estallido del SIDA en la comunidad gay de Nueva York a través de activistas e infectados, de hombres luchando (o no tanto) por su supervivencia. El protagonista es Ned Weeks (Mark Ruffalo, camino del Emmy) un escritor que tras intentar luchar contra su homosexualidad en su juventud, vive ahora completamente fuera del armario y en lucha constante contra la comunidad gay neoyorkina, por sus opiniones con respecto a la liberación sexual.

“La política gay es política sexual” Primera puñalada. Nos habían hablado ya de los terribles años en los que el SIDA surgió en forma de epidemia devoradora, engullendo a parte de una generación de homosexuales, posiblemente la primera en Estados Unidos en vivir con cierta libertad. Lo más interesante de The Normal Heart no es tanto el retrato que hace de la enfermedad, es decir, el plano íntimo, como afecta a los enfermos, como los consume lentamente hasta matarlos, o como consume también a sus seres queridos hasta drenarles las ganas de vivir. No. Eso también está en la película, y funciona e incluso emociona (esos ojos luminosamente azules de Matt Bomer apagándose...), pero no aporta nada nuevo. Lo que realmente hace valiosa a esta obra es su dimensión política, el retrato del activismo, de la lucha por lograr la atención de las autoridades. Si en Philadephia (Demme, 1993) se hablaba de discriminación y en Dallas Buyers Club (Vallée, 2013) del papel de las farmacéuticas, en The Normal heart Murphy y Kramer entran a reflexionar sobre el entramado asociativo que montó la comunidad gay para suplir la falta de apoyo del gobierno en la lucha contra la enfermedad. Y así volvemos al inicio de este párrafo, la agenda del activismo gay estaba únicamente centrada en la liberación sexual. No había un movimiento asociativo que reclamara derechos o visibilización del colectivo. Esto provocó que cuando tuvieron que afrontar la amenaza mortal que supuso el SIDA no estaban preparados. No tenían ni los medios, ni la experiencia, ni el valor. A gran parte de los líderes gays les faltó valor. Segunda puñalada.

En The Normal Heart se plantean dos formas antagónicas de alcanzar objetivos desde fuera de las esferas de poder. Puedes cambiar al sistema colaborando con él. O puedes cambiar al sistema enfrentándote a él. Mientras Weeks apostaba por lo segundo, usando cualquier plataforma para lanzar sus polémicos mensajes (“el Gobierno de Estados Unidos está dejando morir a los homosexuales”), el resto de sus compañeros en la lucha, creían en que debían mantener un perfil bajo, no incomodar al poder para así, finalmente, obtener su apoyo en la búsqueda de soluciones para frenar la epidemia. Esta dicotomía está presente en todos los actores que buscan tener cierta dimensión pública. Atacar o colaborar. Aquí mismo, ahora, en este país, en estos tiempos convulsos el asociacionismo está viviendo una época de efervescencia sin precedentes. Este agrio retrato político, de una dureza inusual con el activismo gay, es lo que aporta de novedoso e interesante The Normal Heart, una especie de Milk (Van Sant, 2008) escrita desde el reproche. Pudisteis hacerlo mejor.

Murphy (uno de los gays más poderosos de la Industria) y Kramer escriben así un ajuste de cuentas con los líderes gays de los 80. The Normal Heart es ante todo la crónica de una derrota dobla, frente al sistema externo (los poderes públicos) y al sistema interno (el resto de activistas). El protagonista está solo ante el peligro. Un peligro llamado SIDA. Le ha salido una película cruda a Ryan Murphy, la obra más desoladora de su carrera. También la más dramática (aunque tiene esos pequeños estallidos de humor corrosivo marca de la casa) y la más ambiciosa. No es una película perfecta, sigo creyendo que Murphy no acaba de cuajar como director, que le falta estilo, orden, coherencia. Pero es una película muy bien interpretada (salvo Jim Parsons el casting está bien elegido), funciona muy bien narrativamente y sobre todo resulta interesante por ser tan incómoda, por lo oscuro que es su mensaje.

PD: Más de 30 años después, cada día se infectan de SIDA 6000 personas nuevas. La enfermedad sigue siendo una de las primeras causas de mortalidad en todo el planeta. Sobre todo en África, claro, ellos no tienen activistas que luchen por sus vidas, ni medios de comunicación que sirvan de altavoz, ni organismos públicos con capacidad de inversión, ni, claro, farmacéuticas interesadas en mercados de bajísimo poder adquisitivo.
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45 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los no tan felices años 80'
La acción de la película comienza en 1981, cuando Ned Weeks (el protagonista de la peli, interpretado por Mark Ruffalo) está llegando en barco a Fire Island, una isla situada a pocos kilómetros de Manhattan, donde los gays adinerados tienen sus casas de la playa. Música petarda ochentera, tipos musculados de muñeca quebrada paseando su bronceado palmito con bañadores de la mínima extensión o directamente en bolas, cruising, sexo anónimo, alcohol y poppers a tutiplén. Todos los elementos de una vida frívola, hedonista, epicúrea, irresponsable, donde sólo hay cabida para la fiesta y la diversión. Pero pronto una sombría mancha echa un oscuro manto sobre toda esta felicidad paradisíaca, una demoledora epidemia llega para quedarse y para castigar y matar a muchos de los que participaban de esta vida abocada al placer sin fronteras. La primera muestra de que algo va mal en el paraíso, la tenemos cuando un fornido joven (interpretado por Jonathan Groff, este año visto en la serie también de temática gay "Looking") se desploma en la playa mientras está jugando a pelota ¿una insolación? No, es el primer personaje de la película que sufre de lo que durante muchos años se denominó el "cáncer gay".

Como he dicho antes, la película cuenta con un reparto estupendo y ninguno de ellos defrauda, incluso alguno nos sorprende. Mark Ruffalo es perfecto para el papel, con esa eterna mirada triste y ese aspecto de tipo de una cierta edad, que ya está de vuelta de todo y que no es capaz de dejarse llevar cuando conoce a alguien con el que poder iniciar una relación; lo analiza de pies a cabeza, pone sus contras por encima de sus pros; ese tipo de personas que comienza una relación esperando el momento en que la cagarán y todo se irá al traste, tirando la toalla incluso antes de comenzar. Brillante resulta la entrada de Julia Roberts, que interpreta a la Dra. Emma Brookner, un papel breve pero intenso y que también tiene sus grandes momentos de lucimiento dramático. La Dra. Brookner es una doctora tullida (paralizada de cintura hacia abajo a causa de la Polio desde los 5 años) que trata a los pacientes infectados de SIDA y que se da cuenta de que los casos se multiplican semana tras semana, que la epidemia se está extendiendo a pasos agigantados.

Pronto entra en la vida de Ned el personaje de Matt Bomer (conocido por interpretar a un elegantísimo ladrón de guante blanco en "White Collar"), que aquí interpreta a Felix Turner, la pareja de Ned, que le enseñará que los hombres no son seres que aman por naturaleza, sino que aprenden a hacerlo. Bomer tuvo que perder un montón de quilos durante el rodaje para acentuar los estragos que la enfermedad estaba ocasionando en el cuerpo del personaje. La química entre Ruffalo y Bomer traspasa la pantalla y juntos protagonizan escenas potentes, como cuando tienen una conversación donde se plantea la delicada pregunta de ¿Si lo tuviera, me dejarías?. Los momentos en que Ned (Ruffalo) baja a la lavandería sólo para poder llorar y que no le vea su compañero enfermo. Una de las escenas más románticas y a la vez más terroríficas que he visto en una película desde hace mucho tiempo es cuando Ned llega a casa y ve que Felix (Bomer) se ha hecho las necesidades encima. Ned lo coge en brazos, lo pone bajo la ducha y lo limpia, con todo el amor y el cariño del mundo, sin dramatismos, sólo porque le quiere, simplemente porque es la persona. Cuando Felix le suelta la demoledora frase "Quieres que mejore, pero no estoy mejorando y eso me hace sentir muy culpable...". Cuando discuten porque Felix está muy mal y Ned le reprocha que no come como es debido, a lo que Felix responde "Mi esperanza de vida es de 10 minutos, puedo comer lo que me salga de los huevos...". O la triste idea de marcar una cita en la agenda con tu pareja que se está muriendo a dos meses vista, sólo para negarte a ti mismo que esa persona no estará viva para aquel entonces, porque esa idea es demasiado horrible como para asumirla, porque nunca se deja de luchar por la gente que quieres.

La historia y el tema tienen un gran potencial dramático que llega a alcanzar cotas verdaderamente demoledoras. Los 80' fueron la época de la liberación sexual para la comunidad gay, después de tantos años de represión, por lo que la promiscuidad estaba a la orden del día.

En un momento de la película la Dra. Brookner dice que con esta enfermedad ninguna información es 100% segura. Lo triste y escalofriante es que hoy en día, a pesar de que se ha avanzado en el tema, muchas de ellas siguen sin serlo. Muchos interrogantes que se plantean en la película siguen abiertos a día de hoy.

La película también parece denunciar el hecho de que la medicina y la política no empezaron a moverse realmente hasta que se dieron cuenta de que se trataba de un virus que no sólo mataba a homosexuales. Pero bien, ya se sabe, el hombre es un lobo para el hombre.

En "The Normal Heart" los personajes no cantan como en "Rent" para paliar el dolor de su alma, ni se ponen a soñar despiertos como en "Angels in America" para evadirse de la cruda realidad, aquí los personajes luchan por sus derechos, se quieren los unos a los otros, demuestran el apoyo incondicional hacia los suyos cuando su vida se está rompiendo a pedazos.
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31 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
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