Como novio de pueblo (2019)

El cine mexicano continua corto de ideas y sigue sobreviviendo adaptando historias ajenas, siendo el caso que nos ocupa la adaptación del éxito español de 2011 ‘Primos’ de Daniel Sánchez Arévalo, estrenada en México como ‘Tres primos y una boda’, una comedia apenas divertida y no muy lúcida.

Y no conformes con tomar una historia ya existente, los adaptadores de la versión mexicana desconfían de las situaciones previstas en la historia original y realizan algunos leves e innecesarios cambios que no aportan nada para enriquecer la historia.

Pocos días antes de su boda, Diego (José María de Tavira) es dejado por su novia, pero aun así él se presenta en vano en la iglesia esperando que ella se haya arrepentido, así, tras algunos días donde padece terriblemente el abandono, sus primos Julián (Martín Altomaro) y Miguel (Ricardo Polanco) deciden armar una escapada al pueblo donde crecieron buscando que su primo se despeje y olvide.

Esta adaptación mexicana no consigue nunca el tono de comedia a la que el relato pertenece, en gran parte a la mala adaptación que se hace de la historia, cambios que no funcionan ya que en todo momento esta versión busca justificar los hechos, por ejemplo, dejan pasar casi un mes después de la boda para salir de viaje, cuando era precisamente lo intempestivo de la escapada lo que justificaba por si mismo en la versión original todo los hechos que suceden en su travesía.

El otro gran problema es la elección del casting, el protagonista José María de Tavira carece de carisma y no consigue nunca ser gracioso, Martín Altomaro repite el mismo papel que ha venido haciendo desde siempre en las comedias mexicanas y Ricardo Polanco, quien tiene el rol encargado de ser el disparador de los momentos de humor, es incapaz de generar uno solo de manera auténtica, siendo el único acierto la presencia de Regina Blandón, la cual no es del todo aprovechada, y quien últimamente se está convirtiendo en un rostro recurrente del cine nacional, ejecutando otro de sus vicios, el quemar rápidamente sus cartuchos pues Blandón tendrá 3 películas estrenas cuando lleguemos a la mitad del año.

Así, la película no consigue ser lo suficientemente divertida, desaprovechando una anécdota disparatada a la que se va suavizando al mismo tiempo que se llena de personajes que nada aportan y que se pierden entre las diferentes subtramas que conforman una historia mal ejecutada y torpemente tropicalizada.

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