Albuquerque (1948)

Después de graduarse como periodista en la Universidad de Missouri, Frederick Dilley Glidden (1908-1975), trabajó en varios periódicos, fue trampero y asistente de arqueólogo… hasta que, su afición por las revistas y libros de diversos géneros, le despertó el deseo de escribir, y firmando como Luke Short (nombre que, muy probablemente, tomó del afamado pistolero del oeste que fuera amigo de Bat Masterson y Wyatt Earp), comenzó a escribir cuentos y novelas western con las que obtuvo un alto éxito, siendo varias de ellas adaptadas al cine. “Albuquerque”, novela que publicara en 1940, fue la primera en ser elegida para su adaptación cinematográfica, y Gene Lewis, junto a Clarence Upson Young, fueron los encargados de convertirla a guion, conservando una amplia fidelidad a la historia original.

Encargada la dirección a, Ray Enright, éste se encargaría de depurar un poco al personaje protagónico que, en la novela es algo temperamental y explosivo, y poniéndolo en manos del carismático actor, Randolph Scott, lo convierte en un hombre divertido y bastante equilibrado.

La trama apunta de nuevo a uno de esos pueblos donde el tipo más ambicioso e inescrupuloso es el que tiene el poder, y como suele suceder, el sheriff es su títere… y el pueblo guarda silencio porque sabe que, si protesta, un disparo aguarda a la vuelta de la esquina.

Cuando todo el mundo espera lo peor, porque el que llega en la última diligencia es el sobrino del mandamás, al enterarse que, Cole Armin, salvó a una niña y ver su aspecto de buenazo, los ánimos comienzan a calmarse… y más aún cuando, Cole, decide muy pronto que no servirá a los malsanos intereses de su tío.

En la trama hay lugar para dos simpáticas historias de amor, de esas que surgen de manera inesperada y los interesados apenas si notan lo mucho que les atrae ese otro(a) con quien nunca han tenido la menor insinuación. Este juego resulta de lo mejor de la película, pues, además, hacen parte de él dos guapas y muy simpáticas actrices: Barbara Britton (Letty) y Catherine Craig (Celia) y los diálogos tienen el brillo y la pulcritud que requerían.

<<ALBUQUERQUE>>, cuenta además con una fotografía, a todo color, muy atractiva; las escenas rodadas en Estudio son tratadas con sumo esmero; y los efectos visuales, aún hoy día, lucen bastante eficaces.

Ideológicamente, es este un filme que reclama un trato digno para las mujeres; nos demuestra que es más importante el criterio de justicia que la lealtad a un jefe, un parentesco o a un apellido; exalta el altísimo valor de la amistad… y vuelve a dar cuenta de que, cuando los pueblos se unen, a todo tirano le llega la hora de su desgracia.

Entretenido western de la Paramount, rodado en agrestes paisajes y con buen reparto, sobre todo de esos intérpretes denominados en el pasado "secundarios".
Dirigida por Ray Enright, no tiene el dinamismo ni la imaginación en la escena ni por supuesto el brío de, por ejemplo, "El regreso de los bandoleros", rodado prácticamente con el mismo equipo, pero se ve con agrado y creciente interés.
"Albuquerque" tiene evidentes irregularidades en su ritmo, existiendo buenos momentos de acción e interrelación con los diferentes personajes pero también algún anodino tiempo muerto. Esto hace que no sea redonda y, en mi opinión, no llegue al notable.
Pero es un buen ejemplo de cine hecho con gusto, dedicación y profesionalismo, que sigue haciendo pasar un rato ameno.

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