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Capricho imperial (1934)

Capricho imperial
110 min.
7.5
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Sinopsis
La princesa alemana Sophia Federica (Dietrich) ha sido educada desde niña para convertirse en reina. Al llegar a la adolescencia se concierta y celebra su matrimonio con el Gran Duque de Rusia (Sam Jaffe), el futuro zar Pedro I el Grande, un hombre enfermo de cuerpo y alma. La zarina Elizabeth hace que Sophia cambie su nombre por el de Catalina, aprenda ruso inmediatamente y no vuelva a hablar su lengua materna. Además, deberá darle un heredero que asegure la continuidad de la dinastía Romanov. Pero las relaciones con su inestable marido no van bien. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Histórico Siglo XVIII
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Scarlet Empress
Duración
110 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1934: National Board of Review: Top mejores películas extranjeras
8
Festín visual expresionista
Film realizado por Sternberg con la colaboración como protagonista de Marlene Dietrich. Escrito por Manuel Konroff, Eleanor McGeary y el realizador, se inspira libremente en el diario de Catalina II de Rusia. Se rueda en los estudios Paramount (Hollywood). Producido por Joseph von Sternberg, se estrena el 15-IX-1934 (EEUU).

La acción se inicia (1745) en Prusia y se desarrolla en Rusia, entre 1745 (boda de Catalina y Pedro) y 1762 (entronización de Catalina). La princesa Sofía Federica se casa por conveniencias políticas con el Gran Duque Pedro, sobrino de la zarina Isabel de Rusia y heredero del trono. Es rebautizada con el nombre de Catalina, se le impide hablar su lengua (alemán), se la mantiene alejada de todo lo que puede recordarle el país de origen y se le prohibe alejarse sola de Palacio. Madre de un hijo, futuro zar, es inteligente, hábil, hermosa y apasionada.

La película explica la situación de pobreza y sumisión en la que vive el pueblo ruso a mediados del s XVIII, en un tiempo dominado por el absolutismo y la crueldad de la zarina Isabel, hija de Pedro I. Recrea los interiores del Palacio imperial ruso con imágenes (pinturas), figuras (esculturas, gárgolas, sillas, candelabros, puertas) y arquitectura imaginarias, no históricas, de formas exageradamente siniestras, que facilitan la creación de una atmósfera opresiva y claustrofóbica. Catalina se siente amenazada, pero su instinto de supervivencia y su fina inteligencia le hacen ver cuáles son las cartas que ha de jugar en un mundo de intrigas para obtener apoyos y amparo. La narración se basa en intervenciones de un narrador, en carteles fijos que recuerdan el cine mudo y en los diálogos, pero sobre todo en las imágenes. El discurso visual, cuidado, barroco y expresionista, deviene la dimensión principal del film. A través de él, Sternberg proyecta sus ideas, indicaciones y propuestas. La cinta está salpicada de un humor abundante, con referencias tan significativas como la conversación entre Pedro y Catalina en el comedor a través de un sirviente, la lectura familiar de la carta de Federico de Prusia, los besamanos de Sofía, Catalina con miriñaque en el vestidor, etc.

La música, con arreglos de W. Franke Harling, John M. Leipold y Milan Roder, está tomada de pasajes de grandes músicos. A los créditos inciales se superpone un fragmento de la Sinfonía nº 4 de Tchaikovsky, la entronización de Catalina va acompañada de la "Marcha eslava" (Tchaikovsky), los pasajes alegres se apoyan en fragmentos de "Sueños de una noche de verano" (Mendelssohn), el banquete de boda se acompaña de una composición de violín del propio Sternberg. En varias ocasiones se oyen fragmentos de "Las Walkirias" (Richard Wagner). La fotografía, de Bert Glennon ("La diligencia", 1939), ofrece un notable trabajo de cámara, que explicita o subraya el significado de las cosas (grupo de muchachas para abrir/cerrar una puerta). Una fiesta para la vista y el oído.
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35 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Espectáculo barroco
Excelente película sobre Catalina la Grande.
Espectacular factura técnica en cuanto a decorados y creación del plano (todos los planos están llenos de objetos y/o de gente) para transmitir la sensación de la protagonista de grandeza y agobio. Todo en la película resulta claramente excesivo y de un gran barroquismo.
La película debe mucho al cine mudo en cuanto a explicación mediante carteles y a una profusa utilización de la música.
En cuanto a la historia en sí, atrapa al espectador hasta la parte final, en la que en mi opinión no está todo bien explicado.
Aún así un gran film, con una maravillosa Marlene Dietrich.
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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