Enrique VIII (TV) (2003)

Ese calificativo en el que coincido (de momento) con la nota promedio es lo que mejor la define. Ni más ni menos.
Siempre lo digo cuando se trata de televisión: es otra división y se debe ser más tolerante a la hora de calificar películas o series. En este caso la he visto bastante correcta, tal como se podría esperar de un producto británico de la BBC, empezando por un reparto que nos sorprende agradablemente con caras conocidas aunque sea en pequeños papeles; como es el caso de Sean Bean, Emily Blunt, Helena Bonham Carter y la barcelonesa Assumpta Serna. Y con un rigor histórico que podríamos considerar casi documental si no fuera por algunas licencias dramáticas que se toman o simplemente para no alargarla más de lo conveniente.
Es larga si se han de ver los dos capítulos del tirón, más de 4 horas. El que valga la pena mantenerse delante de la pantalla dependerá de muchos factores, por ejemplo que tengamos ganas de repasar algo de historia, que nos apetezca tomarnos una tarde de sofá en fin de semana o que tengamos curiosidad para ir consultando la wikipedia a la vez que la vamos viendo. Por lo demás, este Enrique VIII no es tan histriónico como el interpretado por Richard Burton en la recordada "Ana de los mil días", pero tampoco se puede decir que oculta esa vena egótica, cruel y descontrolada del conocido monarca al verse con un poder casi absoluto en el que se cree con derecho a hacer lo que le plazca.
En definitiva, la considero equilibrada y recomendable.

Mi nota está basada entre otras cosas en la falta de un personaje histórico clave en toda la trama de Enrique VIII que considero imprescindible, sir Thomas More para los ingleses o santo Tomás Moro para los demás.
Al cabo de algo más de una hora y media he dejado de verla. Considero que hay demasiado hueco que se pasa por alto. Tras la caída del cardenal Wolsey, Tomás Moro se convierte en Canciller del Rey. Durante su cargo se sucede toda la trama de ruptura con Roma lo cual es un hecho clave no sólo en el reinado de Enrique VIII si no en la historia de Inglaterra y de Europa. El Rey es excomulgado y Tomás Moro se convierte junto al cardenal Fisher (también santo y también obviado en la teleserie) en los únicos defensores del catolicismo por lo que serán finalmente ejecutados tras unos juicios absurdos que demuestran la tiranía del Rey.
Todo eso se borra de un plumazo como si no hubiera existido. Pero el romanticismo si destaca en metraje. Como es la BBC entiendo que esto no se ha hecho por casualidad. Considero que junto con la poca defensa sobre la figura de Catalina de Aragón que se ve (escaso metraje) dan una imagen de falta de rigor que no es perdonable. El anticatolicismo siempre ha sido una constante en Inglaterra incluso hoy día y la BBC también lo ejerce.