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Cinco tumbas al Cairo (1943)

Cinco tumbas al Cairo
91 min.
7.1
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Durante la Segunda Guerra Mundial, en Junio de 1942, el ejército británico se retira del Norte de África ante el victorioso avance de Rommel, dejando un único hombre detrás de sus líneas, en el desierto entre Libia y Egipto. John Bramle, el único superviviente se refugia en un remoto hotel perdido en pleno desierto... (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Bélico Espionaje II Guerra Mundial África
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Five Graves to Cairo
Duración
91 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1943: 3 nominaciones al Oscar: Fotografía (B&W), direcc. artíst. (B&W), montaje
8
Más vele ingenio que fuerza
Tercera realización de Billy Wilder. Se basa en la comedia "Hotel Imperial", de Lajos Biró. Se rodó en el desierto de Arizona y en los Paramount Studios, con un presupuesto de 1 M dólares. Obtuvo 3 nominaciones a los Oscar (montaje, dirección artística b/n y fotografia b/n). Producida por Charles Brackett (coguionista), se estrenó el 4-V-1943 (EEUU).

La acción tiene lugar en el desierto de Libia, entre junio y octubre de 1942. Narra la historia del cabo John J. Brombel (Franchot Tone), superviviente de la caída de Tobruck en manos de las tropas nazis. Brombel, empleado de la sección de reclamaciones de una campoñía de seguros de Londres, es una víctima de la guerra, trata de sobrevivir sin heroismo y suplanta la personalidad de un camarero, Paul Davos. Siente aversión por la figura del mariscal, por lo que emprende una arriesgada aventura de espionaje. Erwin Rommel (Erich von Stroheim) es un personaje aterrador y abominable, diabolicamente inteligente. La camarera Mouche (Anne Baxter, 19 años), francesa, frágil y cautelosa, suplica compasión a Rommel sin resultado y se mueve entre dos amores. El encargado del hotel es el egipcio Farid, voluble, servil y acomodaticio.

La película construye un absorbente relato de intriga, espionaje y acciones bélicas (sin combates). Sitúa la acción en un hotel del desierto, aislado y claustrofóbico. En su interior se desarrolla la vida de un conjunto de personas amorales, cínicas, crueles y enigmáticas, que satura el ambiente de cobardía, traiciones, engaños y perversidad. La intriga va en aumento con el doble robo de una pistola, la pulsación de un secreto militar nazi, el odio que suscita la personalidad de Rommel, la suplantación de identidades y los sentimientos crecientres de venganza. El espionaje alemán y el británico añaden elementos de tensión, duda e incertidumbre. El relato está salpicado de mordacidad y sarcasmo, que se ceba en la descripción de la personalidad de Rommel, en contraste con la de Mouche. La ironía suma elementos absurdos y de humor negro. El general italiano Sebastiano (Fortunio Bonanova) es objeto de ridiculización por parte del mariscal y de los guionistas. Son memorables la secuencia inicial, la escena fuera de campo (un foco de luz deslumbra al espectador para que no vea lo que ocurre en el escenario), la ronda de 20 preguntas a Rommel y otras.

La música, de M. Rozsa, ofrece composiciones de aire marcial, solemne, épico y romántico, integradas en la acción. La fotografía, de John F. Seitz ("Perdición"), crea ambientes sórdidos y siniestros, de luces tenues contrastadas con negros intensos. Hace uso de una acertada iluminación y de inquisitivos movimientos de cámara. El guión construye un ambiente perturbador, mortífero y rechazable, que anima la moral cívica y militar aliada. La interpretación de Stroheim es antológica. La dirección apunta la fuerza que desarrolla unos meses después en "Perdición" (1944).
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52 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El Decálogo del Genio
A veces las películas bélicas no necesitan de una batalla. Ni de centenares de extras llenando el campo de muertos. Ni siquiera de un cartoncito de “Apis” para pringar el asunto. A veces hasta el cine bélico puede salir de sus tópicos para darle al pueblo moral y ánimos en su batalla contra los nazis. Pero moral de la buena: “nazis de los cojones, vuestro mejor general no llega a la suela de los zapatos del más raso de nuestros soldados”. Bueno, pues esto hizo Billy Wilder en pleno 1943.

El gran cineasta austríaco perteneció a esa estirpe de directores clásicos a los que les era indiferente rodar comedias, bélicas, intrigas o dramas. Daba igual. Dejaban su impronta en cada trabajo, dignificaban cada género. Eran tan buenos y conocían tan bien este arte que contaban lo querían, y casi siempre lo hacían bien. Con “Cinco tumbas al Cairo” Wilder lleva la guerra a las palabras, a la inteligencia, y todo sustentado en una argumentación sólida y con unas cuantas características muy comunes en su cine como ese comienzo acojonante, brutal, donde se ahostia al espectador para ponerlo en situación rápidamente. Tras los diez primeros minutos, cada pieza ocupa su sitio en el tablero. A partir de aquí todos a jugar y el espectador, a disfrutar.

Cuando se estrenó un tal Bosley Crowther escribió en el NY Times: “Cinco tumbas al Cairo es, casi con toda seguridad, la película de guerra más heterogénea que se haya filmado hasta la fecha. Tiene un poco de todo para todo el mundo, siempre y cuando a esas personas les importe un comino”. Evidentemente al tal Bosley lo pondrían en su sitio rápidamente. ¿Yo?, lo hubiera cogido y le hubiera tatuado en el pecho el decálogo del genio. Seguro que lo hubiera convertido en mejor crítico:

1 - El público es voluble. Hay que agarrarle por el cuello y no soltarle.
2 - Desarrolla una línea de acción clara para el personaje principal.
3 - Ten claro hacía dónde vas.
4.- Cuanta más sutileza y elegancia se tiene para ocultar los elementos de la
trama, mejor escritor se es.
5 - Si tienes problemas con el tercer acto, el verdadero problema está en el primero.
6 - Un consejo de Lubitsch. Deja que el público sume dos y dos. Te querrán siempre.
7 - Al hacer narraciones en off, ten cuidado de no describir lo que ya está viendo el público. Añade algo nuevo a lo que ven.
8.- Lo que ocurre al final del segundo acto es lo que desencadena le final de la película.
9 - El tercer acto debe ir creciendo, creciendo, creciendo, en ritmo y en acción, hasta el último suceso, y entonces...
10 - Ya está. No le des más vueltas.

Gracias "Camarada".
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39 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
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